Promesas incumplidas de Solís ponen a soñar a Guevara

Miles de personas decepcionadas con las promesas incumplidas del presidente Luis Guillermo Solís —como generar más de 200 mil empleos—, serán los votantes que Otto Guevara, candidato del Movimiento Libertario, trate de capturar en su quinto intento presidencial.

El libertario considera que el partido vive la mejor coyuntura política de la historia, no solo porque sus ideas como la apertura de los monopolios y la revisión de los pluses salariales “son ampliamente aceptadas”, sino porque “el experimento del PAC fue un rotundo fracaso y Liberación está anclado en el pasado”.

Unos $4 millones será lo que el libertario invertirá en la campaña electoral, con el objetivo de llegar finalmente a Zapote.

La reducción de la criminalidad, la mitigación de los embotellamientos, la corrección del desequilibrio financiero de la Caja y el cierre de algunas instituciones públicas como el Conavi, el CTP y el Consejo de Concesiones, son algunas de las promesas que Solís no cumplió en estos cuatro años.

Asimismo, tampoco puso a funcionar un tren eléctrico, ni ordenó el sistema de buses por medio de la sectorización ni instauró el cobro electrónico.

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Esas promesas impactan en la vida de los electores, por lo que a Guevara no le queda duda de que hay un porcentaje importante de votantes que hoy se arrepiente de haberle dado su voto al PAC en 2014.

Pero más importante aún para Guevara, es que las ideas libertarias al fin han sido aceptadas.

Por ejemplo, entre un 70% y 80% de los costarricenses aceptarían que el Presidente cierre instituciones, despida a burócratas con mal desempeño y cese a maestros mal evaluados, de acuerdo con una encuesta del CIEP-UCR de marzo de este año.

Guevara sostiene que un porcentaje alto de electores le apoyaría en su intención de recortar los pluses salariales de algunos empleados públicos, tal y como lo ha venido promoviendo, al entender la población que la situación es insostenible en lo referente al gasto público.

“Ya tenemos en Costa Rica suficientes personas que han abrazado las ideas de Otto Guevara y el Movimiento Libertario. Somos el partido con las ideas más innovadoras, que tiene una oferta muy atractiva para los jóvenes y eso nos hace sentirnos optimistas. Tenemos una gran oportunidad en 2018”, aseveró Guevara, quien estima que la próxima bancada del partido será de por lo menos unos 13 legisladores.

Como parte de su estrategia, Guevara tratará de seducir a los más jóvenes del padrón electoral, ya que ese grupo etario representa el más numeroso con 1,3 millones de electores.

No teme a la competencia que le significaría Carlos Alvarado, candidato del PAC de 37 años, por reclutar a los más jóvenes, ya que según él, el rojiamarillo “tiene un pensamiento viejo, estatista, dentro de un cuerpo joven”, mientras que él tiene ideas nuevas, además de experiencia.  

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A pesar de las palabras optimistas del candidato libertario, Guevara reconoce que el electorado se fraccionará en los comicios venideros, por lo que es prácticamente imposible que no se dé una segunda ronda electoral.

No obstante, él confía en estar ahí y salir ganador finalmente, a pesar de que sus adversarios políticos y analistas consideran que tiene una imagen política desgastada.

“Quiero darles un ejemplo a mis hijos y a muchos costarricenses de que no hay que rendirse, que siempre hay que luchar, no tirar la toalla. Yo no pretendo hacer lo que hizo Johnny Araya de Liberación en la campaña anterior”, agregó Guevara.

El Movimiento Libertario cuenta con un respaldo electoral cercano al 11% —de acuerdo con Guevara— y la meta del partido es que al iniciar la contienda formalmente en octubre, el partido ya reciba el beneplácito del 15%.

A pesar de que los pasivos del partido ascienden a unos ¢700 millones, eso no preocupa al libertario, ya que una vez que las encuestas empiecen a reflejar un crecimiento, los bancos aportarán préstamos al partido.

Guevara ganó el domingo la convención interna del Libertario con el 60% de los votos, mientras que su rival Natalia Díaz alcanzó el 40% de los votos válidos.