Instrumentos financieros: Eurodólares
| Lunes 25 febrero, 2008
Instrumentos financieros:
Eurodólares
Siempre en la línea de los instrumentos financieros pertenecientes al mercado de dinero que son altamente líquidos, nos detendremos en los eurodólares, que corresponden a depósitos en dólares en bancos extranjeros o filiales extranjeras de bancos americanos.
Dichos instrumentos, al localizarse fuera de Estados Unidos, escapan a la normativa de la Reserva Federal. A pesar de estar etiquetados como “euros” estas cuentas no necesitan estar en bancos europeos, a pesar de que, históricamente es en Europa donde se inició la práctica de aceptar depósitos en dólares fuera de Estados Unidos.
Los depósitos en eurodólares son en grandes cantidades y la mayoría tiene vencimientos de seis meses o menos. Sin embargo, con la devaluación del dólar frente al euro, esta práctica ha cambiado y las tasas de interés son vitales para el movimiento de este tipo de capitales. Una variante de los depósitos a plazo de eurodólares es el certificado de depósito en eurodólares. Se trata de un instrumento financiero parecido a un certificado de depósito de un banco nacional, con la excepción de que corresponde a un pasivo de una filial o banco fuera de Estados Unidos, normalmente de una filial en Londres.
La ventaja de los certificados de depósito en eurodólares sobre los depósitos a largo plazo en eurodólares, es que el tenedor puede vender el activo para obtener efectivo antes del vencimiento. Los certificados se consideran de menor liquidez y riesgo que los certificados de depósitos nacionales, no obstante, hasta hace poco estaban ofreciendo rendimientos superiores.
Algunas empresas también emiten obligaciones en eurodólares, es decir obligaciones denominadas en dólares fuera de Estados Unidos, ello a pesar de que no se considere una inversión en el mercado de dinero debido a su vencimiento a largo plazo. Con la devaluación del dólar frente al euro, algunas de estas condiciones han cambiado en función de los rangos de operación de las empresas y el mercado de destino de sus productos.
Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net
Eurodólares
Siempre en la línea de los instrumentos financieros pertenecientes al mercado de dinero que son altamente líquidos, nos detendremos en los eurodólares, que corresponden a depósitos en dólares en bancos extranjeros o filiales extranjeras de bancos americanos.
Dichos instrumentos, al localizarse fuera de Estados Unidos, escapan a la normativa de la Reserva Federal. A pesar de estar etiquetados como “euros” estas cuentas no necesitan estar en bancos europeos, a pesar de que, históricamente es en Europa donde se inició la práctica de aceptar depósitos en dólares fuera de Estados Unidos.
Los depósitos en eurodólares son en grandes cantidades y la mayoría tiene vencimientos de seis meses o menos. Sin embargo, con la devaluación del dólar frente al euro, esta práctica ha cambiado y las tasas de interés son vitales para el movimiento de este tipo de capitales. Una variante de los depósitos a plazo de eurodólares es el certificado de depósito en eurodólares. Se trata de un instrumento financiero parecido a un certificado de depósito de un banco nacional, con la excepción de que corresponde a un pasivo de una filial o banco fuera de Estados Unidos, normalmente de una filial en Londres.
La ventaja de los certificados de depósito en eurodólares sobre los depósitos a largo plazo en eurodólares, es que el tenedor puede vender el activo para obtener efectivo antes del vencimiento. Los certificados se consideran de menor liquidez y riesgo que los certificados de depósitos nacionales, no obstante, hasta hace poco estaban ofreciendo rendimientos superiores.
Algunas empresas también emiten obligaciones en eurodólares, es decir obligaciones denominadas en dólares fuera de Estados Unidos, ello a pesar de que no se considere una inversión en el mercado de dinero debido a su vencimiento a largo plazo. Con la devaluación del dólar frente al euro, algunas de estas condiciones han cambiado en función de los rangos de operación de las empresas y el mercado de destino de sus productos.
Juan Carlos Pérez Herra
jcperez@larepublica.net