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Provocatio – Reto a trascender

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 07 agosto, 2024


Fernán Gallegos


Fernán Gallegos

Coach

fgallegos@neworkrules.com

En el contexto actual de cambio y su correspondiente incertidumbre, liderar una organización requiere de un nuevo líder que domine varias habilidades. Sin embargo, una de las de mayor importancia es liderar no tanto con la certeza de hacia dónde ir, sino desde la certeza de en cuál zona de complacencia no permanecer.

Provocatio en latín significa reto o desafío. Pretendo provocar en usted - que me honra con su lectura - una emoción e interés de buscar trascender sus propias zonas de confort o complacencia para así surgir cerrando brechas de desarrollo personales u organizacionales, y en conjunto, cerrar brechas de desarrollo país.

Mario Benedetti nos decía ya hace varias décadas, que “Cuando creíamos tener todas las respuestas, de pronto nos cambian la pregunta”. Si bien esta frase, tan significativa en el mundo actual que Benedetti probablemente ni se imaginó, nos invita a mantener una mente abierta al cambio, a la agilidad y a la capacidad de reacción a la dinámica y fuerzas de la industria en la que competimos, en realidad provocatio busca usar esta cita como provocación para que cada uno de nosotros nos veamos como un gestor en el cambio de las preguntas que hoy forman el status quo las fuerzas y dinámica de su industria. Que sean otros los que tengan que reaccionar a los cambios que ustedes provoquen.

A lo largo de los siguientes 12 meses nos encontraremos una vez al mes en este mismo espacio de provocación para abordar en mayor detalle los siguientes temas o, lo que yo llamo, pilares de excelencia para liderar efectivamente en incertidumbre:

El primer factor de éxito es que la intención o propósito estratégico sea simple, claro y evidente para cualquier grupo que tenga una expectativa o interés sobre el cumplimiento de dicha intención. Estrategia no es saber cuáles son las decisiones que se deberán tomar en el futuro, sino las decisiones de hoy que afectarán el futuro. Es más común de lo que deberíamos sentirnos cómodos que las organizaciones fallan en crear esa claridad sobre cómo validarán su éxito futuro. Son tan ambiguas algunas intenciones, que su éxito queda sujeto a la subjetividad o a la inviabilidad de cumplirlas. Esta ambigüedad afecta la toma de decisiones, la prioridad y asignación de recursos críticos para cumplir la intención.

El segundo factor se refiere al foco y disciplina en la ejecución de la estrategia. El día a día operativo mata la intención de la estrategia si no hay un fuerte proceso de gestión de la estrategia, asegurando, a través de indicadores de desempeño del largo plazo, la sostenibilidad, relevancia y competitividad futura de la organización. Permitir que una organización se distraiga o focalice en el corto plazo, hará que muy pronto llegue hacia donde se dirige.

Por último, aunque hayamos logrado la mayor claridad de intención y la mejor disciplina de ejecución, si no logramos desarrollar las habilidades para sortear los momentos complejos que sin duda llegaran, será más difícil liderar sin titubeos, con inteligencia emocional y con la convicción de éxito necesaria. Acá es cuando “La mula bota a Genero”. Es el mayor factor de realización hacia el éxito final.

Espero que este avance nos motive a seguir la conversación y aprender juntos hacia cómo podemos trascender a nivel personal, organizacional y, muy especialmente, a nivel país, por el bien de las siguientes generaciones.







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