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INVERSIONISTA


Política económica e inversiones

| Lunes 19 octubre, 2009





Política económica e inversiones


Rodolfo Chévez

Profesor de economía
Universidad de Costa Rica
rchevez@cammb.com


La economía ha experimentado cambios importantes en el largo plazo. A la liberalización de las tasas de interés y a la apertura de la cuenta de capital se espera que se una la liberalización del tipo de cambio.
Algunos modelos económicos establecen que en un país pequeño, donde exista paralelismo entre las tasas de interés locales y externas, el diferencial de tipos de interés pasivos será “aproximadamente” igual a la tasa de devaluación esperada de la moneda, añadiéndole una prima por riesgo país.
Cuando las diferencias son importantes, se pueden promover ataques coordinados y especulativos contra el tipo de cambio, obligando a las autoridades económicas a la respuesta pertinente.
Esto es particularmente relevante con las llamadas operaciones “en corto” y “en largo”.
Las “en corto” —asemejadas a los préstamos de valores— implican la venta de un activo financiero que no se posee: este se pide prestado con la promesa de devolverlo, se vende y los recursos se asignan a otra inversión. Debido a que se “espera” que el precio del activo financiero caiga antes de la fecha de devolución, se obtendría una ganancia de haberlo readquirido a un precio más bajo del que se vendió.
Por el contrario, estar “en largo” implica adquirir el activo a un precio bajo para venderlo a un precio alto.
Las estrategias del inversor pueden diferir de la política económica. Cuando las expectativas de devaluación superan a los diferenciales en las tasas de interés, puede ser atractivo —en un plazo perentorio— operar “en corto” en activos financieros cuyos precios se deprimen cuando suben las tasas de interés, e invertir los recursos “en largo” a favor del dólar.
Si el Banco Central decide aumentar las tasas de interés para proteger al tipo de cambio habrá contribuido con las ganancias de la operación, pues se esperaría que los precios de algunos activos financieros se depriman —justificando el corto—, y en tanto la medida surte efecto, la devaluación contribuirá a generar beneficios con la operación “en largo”.
Una forma de evitar el ataque especulativo —suponiendo especulación desestabilizadora—, es vendiendo divisas en el mercado cambiario. La medida contiene la devaluación y evita emplear el alza de las tasas de interés para estabilizar el tipo de cambio.
El resultado de este choque de intenciones —de inversionistas y autoridades económicas— no es indoloro.
El rompimiento de la operación financiera por parte de las autoridades económicas, con el propósito de estabilizar el tipo de cambio, genera resentimientos ante las pérdidas que puedan experimentar los inversionistas.






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