Mideplan planifica a largo plazo
| Martes 03 enero, 2012
Mideplan planifica a largo plazo
La crisis financiera mundial y la incertidumbre del porvenir han abierto un espacio de reflexión en América Latina, donde se advierten rasgos de una preocupación por un nuevo modelo de desarrollo, socialmente incluyente, sustentable, con miras de largo plazo, lo que nos remite a la discusión sobre la relevancia de las políticas de Estado.
Ello explica, en parte, por qué diversos países han emprendido procesos de consulta nacional para la construcción de visiones de país.
En algunos casos estos procesos han derivado en la construcción de imágenes deseadas de país a 20 años plazo, ejercicios similares al que Costa Rica por medio del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica está emprendiendo y, a juzgar por la respuesta ciudadana, con muy buenos augurios.
Actualmente el Gobierno de la República, a través de Mideplan, se encuentra en la ejecución de un proceso de construcción de una planificación a largo plazo, que implica la participación ciudadana para generar los posibles escenarios proyectados a 2030.
Hace más de 60 años, bajo el liderazgo de don José Figueres, el país hizo una apuesta clave: educación en vez de ejército, libros en lugar de armas.
Por eso es importante que Costa Rica aborde la planificación de largo plazo como una herramienta de cosechar en el futuro grandes obras, como lo ha hecho en el pasado.
Hay quienes afirman que en un mundo tan volátil y de tanta incertidumbre, no vale la pena planificar, pues la implementación de cualquier plan enfrentaría un entorno adverso, amén de las dificultades que tendría una economía pequeña como la costarricense en incidir en su propio futuro en un mundo tan interdependiente, globalizado.
Nada más lejano a la realidad. Lo opuesto de la planificación es la improvisación. No se trata de predecir el futuro. Se trata de “previsión”, de pensar antes de actuar, de enumerar posibles escenarios para crear ese futuro.
Se trata de consensuar agendas de los actores sociales y políticos, de modo de corregir el rumbo, conectar las agendas y acordar trayectorias de desarrollo incluyente.
En esta reflexión es que se enmarca el proceso de planificación a largo plazo que se encuentra realizando Mideplan, como entidad encargada de la planificación en el país y que desde Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) estamos respaldando y colaborando, en particular en cuanto a la asimilación de experiencias similares en otros países y al proceso de consulta para la generación de una visión de país en 2030.
Hemos realizado un trabajo cercano y permanente con el Ministerio de Planificación por medio de conferencias, talleres de capacitación y asesorías a distancia y presenciales. Este proceso permite que el recurso humano del Ministerio fortalezca las capacidades propias, resultado que no se obtendría a través de la fácil salida de recurrir a un experto o consultor externo para la conducción del proyecto.
El ejercicio que lleva adelante la actual Administración reviste una gran importancia para Costa Rica. Nos parece que el pleno ejercicio de la planificación se puede fortalecer considerablemente si se cuenta con una imagen aspiracional del país a 20 años.
Jorge Máttar
Director ILPES
Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL
La crisis financiera mundial y la incertidumbre del porvenir han abierto un espacio de reflexión en América Latina, donde se advierten rasgos de una preocupación por un nuevo modelo de desarrollo, socialmente incluyente, sustentable, con miras de largo plazo, lo que nos remite a la discusión sobre la relevancia de las políticas de Estado.
Ello explica, en parte, por qué diversos países han emprendido procesos de consulta nacional para la construcción de visiones de país.
En algunos casos estos procesos han derivado en la construcción de imágenes deseadas de país a 20 años plazo, ejercicios similares al que Costa Rica por medio del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica está emprendiendo y, a juzgar por la respuesta ciudadana, con muy buenos augurios.
Actualmente el Gobierno de la República, a través de Mideplan, se encuentra en la ejecución de un proceso de construcción de una planificación a largo plazo, que implica la participación ciudadana para generar los posibles escenarios proyectados a 2030.
Hace más de 60 años, bajo el liderazgo de don José Figueres, el país hizo una apuesta clave: educación en vez de ejército, libros en lugar de armas.
Por eso es importante que Costa Rica aborde la planificación de largo plazo como una herramienta de cosechar en el futuro grandes obras, como lo ha hecho en el pasado.
Hay quienes afirman que en un mundo tan volátil y de tanta incertidumbre, no vale la pena planificar, pues la implementación de cualquier plan enfrentaría un entorno adverso, amén de las dificultades que tendría una economía pequeña como la costarricense en incidir en su propio futuro en un mundo tan interdependiente, globalizado.
Nada más lejano a la realidad. Lo opuesto de la planificación es la improvisación. No se trata de predecir el futuro. Se trata de “previsión”, de pensar antes de actuar, de enumerar posibles escenarios para crear ese futuro.
Se trata de consensuar agendas de los actores sociales y políticos, de modo de corregir el rumbo, conectar las agendas y acordar trayectorias de desarrollo incluyente.
En esta reflexión es que se enmarca el proceso de planificación a largo plazo que se encuentra realizando Mideplan, como entidad encargada de la planificación en el país y que desde Instituto Latinoamericano y del Caribe de Planificación Económica y Social (ILPES) estamos respaldando y colaborando, en particular en cuanto a la asimilación de experiencias similares en otros países y al proceso de consulta para la generación de una visión de país en 2030.
Hemos realizado un trabajo cercano y permanente con el Ministerio de Planificación por medio de conferencias, talleres de capacitación y asesorías a distancia y presenciales. Este proceso permite que el recurso humano del Ministerio fortalezca las capacidades propias, resultado que no se obtendría a través de la fácil salida de recurrir a un experto o consultor externo para la conducción del proyecto.
El ejercicio que lleva adelante la actual Administración reviste una gran importancia para Costa Rica. Nos parece que el pleno ejercicio de la planificación se puede fortalecer considerablemente si se cuenta con una imagen aspiracional del país a 20 años.
Jorge Máttar
Director ILPES
Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL