Los museos y teatros nacionales serían económicamente robustos, al abordarse estratégicamente: Stefani De La O

Stefani De La O

Presidenta

Asociación de Diseñadores de Moda de Costa Rica

Una rica escena cultural siempre despierta un gran interés de los visitantes, que gastan dinero al extender sus estancias para explorar museos y otras ofertas.

Estos son exactamente los turistas que queremos atraer a San José, una comunidad que presume de un gran patrimonio cultural.

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Históricamente, los proyectos exitosos de renovación urbana han sido impulsados por las artes, catalizando la participación comunitaria y resultando en un impacto transformador, diversificando y fortaleciendo las economías locales.

Las actividades culturales renuevan el orgullo cívico y fomentan la cohesión social y mejoran la imagen local.

Tradicionalmente, los museos operan bajo uno de dos modelos: el enfoque empresarial o el costarricense de financiamiento estadístico.

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Sin embargo, incluso los grandes museos patrimoniales de Europa, que alguna vez fueron financiados y operados por los gobiernos, han adoptado modelos híbridos en las últimas décadas.

Nuestros museos se enfrentan actualmente a una subutilización, pero su revitalización no requiere una financiación gubernamental sustancial.

En cambio, se requiere una reestructuración que permita generar múltiples fuentes de ingresos y estimular un efecto positivo en cascada dentro de la comunidad, esta transformación podría facilitarse al permitir que el sector privado apoye la cultura a través de incentivos fiscales.

Además, los espacios de los museos y teatros pueden servir como lugares hermosos y versátiles para una amplia gama de actividades, como charlas, presentaciones, conferencias, desfiles de moda…

Mientras las normas existentes restringen los usos a reflejar propósitos nacionales y limitan el acceso solo durante el horario del edificio.

Muchos países, incluidos los integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, le permiten al sector privado deducir las inversiones en actividades culturales de sus ingresos. Costa Rica, como miembro de la OCDE, puede adoptar un enfoque similar.

Consideremos el Louvre en París, el museo más visitado del mundo.

Solo un tercio de su costo operativo de 280 millones de euros depende del estado francés, mientras las donaciones y actividades privadas contribuyen sustancialmente a su sostenibilidad.

Existe una situación parecida en el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York, donde los subsidios estatales representan tan solo el 8% de su presupuesto, mientras el museo es un motor importante en impulsar el ingreso, incluso la exhibición anual de moda "Met Gala" genera decenas de millones de dólares en patrocinios.

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