Lo que confiere poder
El éxito de un gobernante, en democracia, no reside en demostraciones de poder sino en el poder que le confiere resolver los problemas a la población
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 09 mayo, 2011
En el primer año de gestión, la mandataria Laura Chinchilla no logró concretar en temas claves para el país, a pesar de que no tenía que hacer un cambio total de rumbo puesto que, como ella lo manifestó desde su campaña electoral, su intención era continuar la línea que había emprendido el gobierno de Oscar Arias aunque trajera planes y programas propios.
Los temas que más agobian a los costarricenses y estancan su progreso no fueron mejorados ni en el gobierno anterior ni en este primer año de Chinchilla.
No ha disminuido la pobreza y más bien aumentó la desigualdad. Se incumplió en cuanto a criminalidad y delincuencia, puesto que aumentaron considerablemente. El único logro en este aspecto es que hubo una ligera reducción en la tasa de homicidios durante la administración Chinchilla.
Sin embargo, entre otras cosas, fallan los controles sobre la portación de armas y sobre las empresas privadas de seguridad. La inseguridad no solo está sin resolver sino que aumenta.
Por otro lado, se ha trabajado en tratados comerciales y atracción de inversiones pero no se preparó oportunamente a la población para estar en condiciones de aprovechar esa circunstancia, por lo cual continúa el nivel de desempleo y se mantiene el círculo vicioso de la pobreza.
Para romperlo, se debió haber realizado una verdadera reforma educativa, cuantitativa y cualitativa en la administración anterior, al mismo tiempo que se gestaban los tratados comerciales. Solo de ese modo la población habría estado en condiciones de responder adecuadamente a los requerimientos de las nuevas fuentes de empleo que llegarían con la apertura. Esto además de las ayudas directas que sí se dieron, como el programa Avancemos.
Se logró mejorar la imagen en el exterior del país en materia de corrupción, pero falta mucho por hacer. La concreción de un gobierno digital, que apenas quiere dar unos tímidos pasitos, es algo que podría contribuir a la necesaria transparencia de la gestión pública, y la tarea está sin cumplir en materia de evasión fiscal.
No es posible ni es la idea ser exhaustivos en este momento sobre el tema, pero es evidente que diálogo y más diálogo, como lo dice una publicación de este medio el viernes anterior, parece ser la única salida para la presidenta Chinchilla a fin de concretar en los asuntos prioritarios para los costarricenses.
En este sentido, los cambios producidos en el Directorio de la Asamblea Legislativa, deben ser aprovechados tornando positivo algo que podría verse como negativo para el gobierno.
Recordemos que el verdadero éxito de un gobernante, en una democracia, no reside en demostraciones de poder sino en el poder que le confiere el cumplimiento de la misión de resolver los principales problemas a la población.