La verdadera RSE no acaba por una crisis
| Sábado 29 agosto, 2009
La verdadera RSE no acaba por una crisis
En tiempos de crisis económica, ¿qué puede motivar a las empresas a ser socialmente responsables y de qué forma pueden sacar provecho de esta situación difícil?
Expertos en el tema han señalado la fragilidad de estos programas, muchos de los cuales han desaparecido pues las empresas deben recortar gastos y volver a la base del negocio para continuar operando y sobrevivir, en el mejor de los casos.
Sin embargo, la respuesta pareciera no estar clara para los empresarios: ¿Se acaba la RSE en tiempos difíciles? ¿Cómo se manejan los cortes presupuestarios de cara a los stakeholders?
Es fácil imaginar que las necesidades de las comunidades, grupos sociales, gobiernos, colaboradores, proveedores y demás públicos de interés o stakeholders no cesan en tiempos difíciles, y se corre un alto riesgo de que las relaciones se deterioren o retrocedan, por lo cual es importante encontrar una fórmula resistente a los tiempos económicamente difíciles.
Lo que puede motivar a las empresas a ser socialmente responsables es ligar su negocio al bienestar de sus grupos de interés. Es decir, ganar dinero haciendo RSE. Por ejemplo, una compañía que invierte en su cadena de suministro, mejorando las prácticas ambientales y sociales y asegurando buenas relaciones con sus proveedores, puede conseguir productividades y ahorros en costos que son muy bienvenidos en época de crisis. Además, con un buen manejo de stakeholders, se pueden encontrar oportunidades de alianzas para trabajar en nichos no abastecidos antes o incluso salir fortalecidos de épocas difíciles al unir esfuerzos, compartir costos, obtener mejores plazos de pago, etc.
Pero encontrar este vínculo no es nada fácil, se debe realizar un análisis exhaustivo de las necesidades e inquietudes de los stakeholders y tratar de comparar si la actual política de RSE atiende a los intereses más inmediatos de estos grupos. Muchas veces esta fase es desestimada porque requiere mucho tiempo y coordinación, sin embargo el diálogo abierto puede resultar una rica experiencia que arroje luces acerca de cuál es el camino y forma correcta de lidiar con los obstáculos.
Al proceso anterior se le denomina materialidad, el punto donde convergen las inquietudes de los públicos con la necesidad de la empresa de manejar un impacto social o ambiental. Muchas veces alguna necesidad en la compañía (e.g. de elevar las ventas) se puede solventar al integrar dentro de sus clientes a ciertos grupos que no estaban contemplados anteriormente, o al incluir en su cadena de abastecimiento a suplidores que, con un poco de ayuda técnica, cumplen con los estándares de calidad (proveedores locales con mejores precios) o bien, tratar de optimizar los procesos productivos utilizando tecnología más limpia y eficiente, mejorando el margen de ganancia del producto, inclusive ampliar los plazo de los créditos o liberar garantías si para el banco el buen comportamiento de la compañía en estos temas (reputación) es signo de confianza.
En resumen, la verdadera RSE no acaba con una crisis, sino que se fortalece.
Mónica Gutiérrez Ortiz
E-mail: mgutierrez@cegesti.org
En tiempos de crisis económica, ¿qué puede motivar a las empresas a ser socialmente responsables y de qué forma pueden sacar provecho de esta situación difícil?
Expertos en el tema han señalado la fragilidad de estos programas, muchos de los cuales han desaparecido pues las empresas deben recortar gastos y volver a la base del negocio para continuar operando y sobrevivir, en el mejor de los casos.
Sin embargo, la respuesta pareciera no estar clara para los empresarios: ¿Se acaba la RSE en tiempos difíciles? ¿Cómo se manejan los cortes presupuestarios de cara a los stakeholders?
Es fácil imaginar que las necesidades de las comunidades, grupos sociales, gobiernos, colaboradores, proveedores y demás públicos de interés o stakeholders no cesan en tiempos difíciles, y se corre un alto riesgo de que las relaciones se deterioren o retrocedan, por lo cual es importante encontrar una fórmula resistente a los tiempos económicamente difíciles.
Lo que puede motivar a las empresas a ser socialmente responsables es ligar su negocio al bienestar de sus grupos de interés. Es decir, ganar dinero haciendo RSE. Por ejemplo, una compañía que invierte en su cadena de suministro, mejorando las prácticas ambientales y sociales y asegurando buenas relaciones con sus proveedores, puede conseguir productividades y ahorros en costos que son muy bienvenidos en época de crisis. Además, con un buen manejo de stakeholders, se pueden encontrar oportunidades de alianzas para trabajar en nichos no abastecidos antes o incluso salir fortalecidos de épocas difíciles al unir esfuerzos, compartir costos, obtener mejores plazos de pago, etc.
Pero encontrar este vínculo no es nada fácil, se debe realizar un análisis exhaustivo de las necesidades e inquietudes de los stakeholders y tratar de comparar si la actual política de RSE atiende a los intereses más inmediatos de estos grupos. Muchas veces esta fase es desestimada porque requiere mucho tiempo y coordinación, sin embargo el diálogo abierto puede resultar una rica experiencia que arroje luces acerca de cuál es el camino y forma correcta de lidiar con los obstáculos.
Al proceso anterior se le denomina materialidad, el punto donde convergen las inquietudes de los públicos con la necesidad de la empresa de manejar un impacto social o ambiental. Muchas veces alguna necesidad en la compañía (e.g. de elevar las ventas) se puede solventar al integrar dentro de sus clientes a ciertos grupos que no estaban contemplados anteriormente, o al incluir en su cadena de abastecimiento a suplidores que, con un poco de ayuda técnica, cumplen con los estándares de calidad (proveedores locales con mejores precios) o bien, tratar de optimizar los procesos productivos utilizando tecnología más limpia y eficiente, mejorando el margen de ganancia del producto, inclusive ampliar los plazo de los créditos o liberar garantías si para el banco el buen comportamiento de la compañía en estos temas (reputación) es signo de confianza.
En resumen, la verdadera RSE no acaba con una crisis, sino que se fortalece.
Mónica Gutiérrez Ortiz
E-mail: mgutierrez@cegesti.org