Insulza arriba a Tegucigalpa
| Sábado 04 julio, 2009
Gobierno hondureño se niega a negociar reinstauración del presidente derrocado
Insulza arriba a Tegucigalpa
Zelaya partió el viernes de El Salvador con rumbo desconocido
Bogotá
EFE
José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, llegó el viernes a Honduras para convencer a las nuevas autoridades del país de volver a la situación anterior al 28 de junio y advertirles de las consecuencias de no hacerlo.
El principal efecto puede ser una suspensión de la participación de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA), que en toda su historia solo ha tomado una vez una decisión semejante, en 1962 y en contra de Cuba, que aún sigue suspendida.
El sábado tendrá lugar en Washington la segunda parte de una Asamblea General extraordinaria del organismo para tratar de la situación creada con la destitución de Manuel Zelaya como presidente de Honduras y el nombramiento de un nuevo jefe de Estado, el pasado domingo 28.
Nada más llegar, en cumplimiento de un mandato emanado de esa Asamblea General, que comenzó su reunión este martes, Insulza se entrevistó durante una hora con el presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera.
En dicho encuentro, Rivera le manifestó al secretario general de la OEA que la salida del poder de Manuel Zelaya “es irreversible”, según dijo una fuente judicial a Efe.
Insulza también se entrevistará con diputados y representantes de sectores sindicales y de la sociedad civil, de acuerdo con fuentes diplomáticas, pero no tiene previsto ver al nuevo presidente, Roberto Micheletti, antes titular del Congreso y militante del Partido Liberal, el mismo al que pertenece Zelaya.
Micheletti está completamente aislado internacionalmente, pero es respaldado por los poderes judicial y legislativo, por las Fuerzas Armadas y un sector de la población que el viernes se manifestó, con él a la cabeza, en contra del regreso de Zelaya y para reiterar su posición de que no ha habido un golpe de Estado en Honduras.
En un país polarizado como lo está Honduras, los simpatizantes de Zelaya reunieron el viernes una cantidad similar de manifestantes, en coincidencia con la llegada del titular del organismo interamericano.
Según dijo Insulza el jueves desde Guayana, el propósito de su viaje es que quienes ejercen el poder desde el domingo “cambien lo que han estado haciendo ahora y encuentren maneras de retomar la normalidad”.
En una resolución emitida a primeras horas del miércoles, la OEA dio un plazo de 72 horas al Gobierno de Micheletti para que el país recupere la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, y Zelaya recupere el poder del que fue privado el 28 de junio.
El viernes el nuevo Gobierno dijo que “no es negociable” una vuelta de Zelaya al poder y reiteró que si regresa al país será detenido, pues hay una orden de captura por delitos relacionados con la convocatoria de una consulta popular que había sido declarada ilegal por los otros poderes del Estado.
El nuevo canciller, Enrique Ortez, afirmó el viernes que la presencia de Insulza en Tegucigalpa es un reconocimiento del Gobierno de Micheletti.
“El mundo sabe que (Insulza) está en Honduras y protegido por el gobierno de Roberto Micheletti”, subrayó.
“La presencia en derecho internacional es como cuando usted manda a un embajador a China continental; que, si reciben al embajador, ese acto en derecho internacional implica reconocimiento”, agregó.
Ortez reiteró que el nuevo Gobierno no negociará el regreso de Zelaya al poder, del que fue expulsado el domingo por los militares y que permanece en el exterior desde entonces.
“Nosotros no negociamos la soberanía popular”, dijo.
Zelaya, que el viernes partió de El Salvador con rumbo desconocido, se propone regresar a Honduras una vez que concluya el plazo dado por la OEA a Micheletti y su Gobierno, pero en fecha sin determinar.
El secretario privado de Zelaya, Eduardo Enrique Reina, afirmó por teléfono desde “un lugar seguro” que el depuesto presidente volverá a Honduras independientemente del resultado de la visita de Insulza.
“Está decidido a venir, eso no varía”, indicó Reina a Efe sobre su jefe, el cual mencionó el sábado como fecha para el regreso.
El mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, reveló, por su parte, que habló con Zelaya y éste le dijo que está decidido a regresar a Honduras “a más tardar el domingo”, después de conocer el resultado de la reunión de la OEA.
Ortega también dijo que el viernes conversó telefónicamente con el secretario general de la OEA, cuando éste estaba camino de Tegucigalpa.
“Le dije: José Miguel, nosotros tenemos la confianza y esperamos que allí (en Honduras) no se va a abrir ninguna negociación y que tu misión (tal como lo estableció la OEA) es ir a defender el restablecimiento del orden institucional con la restitución de Zelaya al frente de la República de Honduras”, señaló Ortega.
Cientos de sindicalistas nicaragüenses partieron el viernes de Managua a los puestos fronterizos El Guasaule, Las Manos y El Espino, donde permanecerán hasta el próximo domingo, para manifestarse a favor del depuesto presidente hondureño.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró el viernes que América Latina, para defender su democracia, no debe claudicar en su exigencia para que retorne al poder el depuesto presidente.
“Si queremos vivir en democracia tenemos que ser inclaudicables en exigir el retorno de Zelaya al poder”, dijo Correa, quien opinó que el “atentado contra la democracia” perpetrado en Honduras “tiene las horas contadas”.
Correa, que desde hace días ha manifestado su intención de acompañar a Zelaya en su regreso, indicó el viernes que estará donde le necesiten, pero que le ha pedido al presidente depuesto que reflexione.
“No sé si le haría bien que lo acompañe, ya que se me consideran como uno de los radicales del ALBA”, apuntó.
Rol polemico
Tegucigalpa
AFP
El presidente venezolano Hugo Chávez, quien suspendió los envíos de petróleo a Honduras y ha reiterado que sólo reconoce al gobierno del derrocado Manuel Zelaya, juega -según los políticos hondureños- un papel central en la crisis de este país centroamericano.
“Chávez mismo se ha encargado de crear la polémica”, dijo a la AFP el diputado democráta cristiano Ramón Velásquez, quien asegura que ha sido la alianza de Zelaya con el presidente venezolano la que impulsó su derrocamiento.
Por el contrario Doris Gutiérrez, que integra el Congreso de Honduras a nombre del partido de izquierda Unificación Democrática, cree que la responsabilidad que se le asigna a Chávez en la crisis hondureña se ha exagerado.
“Claro que Chávez tiene un modo de ser bastante particular, pero podíamos decir que detrás de todo hay una campaña para generar miedo y pánico”, explicó Gutiérrez.
Chávez anunció la noche del jueves que suspenderá los envíos de petróleo a precios subsidiados que su país suministraba a Honduras y el domingo, inmediatamente después de poner en marcha a la diplomacia venezolana para asegurar que se condene a quienes tomaron el poder en Tegucigalpa, incluso mencionó la posibilidad de usar la fuerza para devolver a Zelaya al poder.
“Esas declaraciones de suspender el suministro de petróleo y sus amenazas de una invasión son desmedidas para un pueblo que defiende la democracia”, dijo Velásquez, quien defiende la versión según la cual lo ocurrido en Honduras no es un golpe de Estado sino una sucesión constitucional.
Las consignas sobre Chávez suelen dominar en las manifestaciones a favor y en contra de Zeleya, que se suceden casi a diario desde que el presidente hondureño fue expulsado por los militares y reemplazado por Roberto Micheletti.
“No somos Venezuela, no queremos ser Cuba”, señalan letreros portados por manifestantes que respaldan a Micheletti y que niegan que la sustitución de Zelaya haya constituido un golpe de Estado.
En tanto, en las marchas que piden la restitución de Zelaya en la presidencia, los manifestantes proclaman su respaldo al Alba (Alianza Bolivariana para las Américas), el plan de integración continental lanzado por Chávez, y se le pide al mandatario venezolano que no deje sola a Honduras.
Zelaya, quien anunció que retornará a su país este fin de semana, una vez culmine el plazo fijado por la Organización de Estados Americanos a quienes han tomado el poder en Tegucigalpa para que lo restituyan, es un político de derecha que tras su elección dio un giro a la izquierda y se alió con Chávez.
“Sin duda el papel que juega Chávez en lo ocurrido en Honduras es central”, aseguró el politólogo colombiano Vicente Torrijos, quien fue académico en Tegucigalpa invitado por Zelaya durante su primer año de gobierno.
Insulza arriba a Tegucigalpa
Zelaya partió el viernes de El Salvador con rumbo desconocido
Bogotá
EFE
José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, llegó el viernes a Honduras para convencer a las nuevas autoridades del país de volver a la situación anterior al 28 de junio y advertirles de las consecuencias de no hacerlo.
El principal efecto puede ser una suspensión de la participación de Honduras en la Organización de Estados Americanos (OEA), que en toda su historia solo ha tomado una vez una decisión semejante, en 1962 y en contra de Cuba, que aún sigue suspendida.
El sábado tendrá lugar en Washington la segunda parte de una Asamblea General extraordinaria del organismo para tratar de la situación creada con la destitución de Manuel Zelaya como presidente de Honduras y el nombramiento de un nuevo jefe de Estado, el pasado domingo 28.
Nada más llegar, en cumplimiento de un mandato emanado de esa Asamblea General, que comenzó su reunión este martes, Insulza se entrevistó durante una hora con el presidente de la Corte Suprema, Jorge Rivera.
En dicho encuentro, Rivera le manifestó al secretario general de la OEA que la salida del poder de Manuel Zelaya “es irreversible”, según dijo una fuente judicial a Efe.
Insulza también se entrevistará con diputados y representantes de sectores sindicales y de la sociedad civil, de acuerdo con fuentes diplomáticas, pero no tiene previsto ver al nuevo presidente, Roberto Micheletti, antes titular del Congreso y militante del Partido Liberal, el mismo al que pertenece Zelaya.
Micheletti está completamente aislado internacionalmente, pero es respaldado por los poderes judicial y legislativo, por las Fuerzas Armadas y un sector de la población que el viernes se manifestó, con él a la cabeza, en contra del regreso de Zelaya y para reiterar su posición de que no ha habido un golpe de Estado en Honduras.
En un país polarizado como lo está Honduras, los simpatizantes de Zelaya reunieron el viernes una cantidad similar de manifestantes, en coincidencia con la llegada del titular del organismo interamericano.
Según dijo Insulza el jueves desde Guayana, el propósito de su viaje es que quienes ejercen el poder desde el domingo “cambien lo que han estado haciendo ahora y encuentren maneras de retomar la normalidad”.
En una resolución emitida a primeras horas del miércoles, la OEA dio un plazo de 72 horas al Gobierno de Micheletti para que el país recupere la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, y Zelaya recupere el poder del que fue privado el 28 de junio.
El viernes el nuevo Gobierno dijo que “no es negociable” una vuelta de Zelaya al poder y reiteró que si regresa al país será detenido, pues hay una orden de captura por delitos relacionados con la convocatoria de una consulta popular que había sido declarada ilegal por los otros poderes del Estado.
El nuevo canciller, Enrique Ortez, afirmó el viernes que la presencia de Insulza en Tegucigalpa es un reconocimiento del Gobierno de Micheletti.
“El mundo sabe que (Insulza) está en Honduras y protegido por el gobierno de Roberto Micheletti”, subrayó.
“La presencia en derecho internacional es como cuando usted manda a un embajador a China continental; que, si reciben al embajador, ese acto en derecho internacional implica reconocimiento”, agregó.
Ortez reiteró que el nuevo Gobierno no negociará el regreso de Zelaya al poder, del que fue expulsado el domingo por los militares y que permanece en el exterior desde entonces.
“Nosotros no negociamos la soberanía popular”, dijo.
Zelaya, que el viernes partió de El Salvador con rumbo desconocido, se propone regresar a Honduras una vez que concluya el plazo dado por la OEA a Micheletti y su Gobierno, pero en fecha sin determinar.
El secretario privado de Zelaya, Eduardo Enrique Reina, afirmó por teléfono desde “un lugar seguro” que el depuesto presidente volverá a Honduras independientemente del resultado de la visita de Insulza.
“Está decidido a venir, eso no varía”, indicó Reina a Efe sobre su jefe, el cual mencionó el sábado como fecha para el regreso.
El mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, reveló, por su parte, que habló con Zelaya y éste le dijo que está decidido a regresar a Honduras “a más tardar el domingo”, después de conocer el resultado de la reunión de la OEA.
Ortega también dijo que el viernes conversó telefónicamente con el secretario general de la OEA, cuando éste estaba camino de Tegucigalpa.
“Le dije: José Miguel, nosotros tenemos la confianza y esperamos que allí (en Honduras) no se va a abrir ninguna negociación y que tu misión (tal como lo estableció la OEA) es ir a defender el restablecimiento del orden institucional con la restitución de Zelaya al frente de la República de Honduras”, señaló Ortega.
Cientos de sindicalistas nicaragüenses partieron el viernes de Managua a los puestos fronterizos El Guasaule, Las Manos y El Espino, donde permanecerán hasta el próximo domingo, para manifestarse a favor del depuesto presidente hondureño.
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, aseguró el viernes que América Latina, para defender su democracia, no debe claudicar en su exigencia para que retorne al poder el depuesto presidente.
“Si queremos vivir en democracia tenemos que ser inclaudicables en exigir el retorno de Zelaya al poder”, dijo Correa, quien opinó que el “atentado contra la democracia” perpetrado en Honduras “tiene las horas contadas”.
Correa, que desde hace días ha manifestado su intención de acompañar a Zelaya en su regreso, indicó el viernes que estará donde le necesiten, pero que le ha pedido al presidente depuesto que reflexione.
“No sé si le haría bien que lo acompañe, ya que se me consideran como uno de los radicales del ALBA”, apuntó.
Rol polemico
Tegucigalpa
AFP
El presidente venezolano Hugo Chávez, quien suspendió los envíos de petróleo a Honduras y ha reiterado que sólo reconoce al gobierno del derrocado Manuel Zelaya, juega -según los políticos hondureños- un papel central en la crisis de este país centroamericano.
“Chávez mismo se ha encargado de crear la polémica”, dijo a la AFP el diputado democráta cristiano Ramón Velásquez, quien asegura que ha sido la alianza de Zelaya con el presidente venezolano la que impulsó su derrocamiento.
Por el contrario Doris Gutiérrez, que integra el Congreso de Honduras a nombre del partido de izquierda Unificación Democrática, cree que la responsabilidad que se le asigna a Chávez en la crisis hondureña se ha exagerado.
“Claro que Chávez tiene un modo de ser bastante particular, pero podíamos decir que detrás de todo hay una campaña para generar miedo y pánico”, explicó Gutiérrez.
Chávez anunció la noche del jueves que suspenderá los envíos de petróleo a precios subsidiados que su país suministraba a Honduras y el domingo, inmediatamente después de poner en marcha a la diplomacia venezolana para asegurar que se condene a quienes tomaron el poder en Tegucigalpa, incluso mencionó la posibilidad de usar la fuerza para devolver a Zelaya al poder.
“Esas declaraciones de suspender el suministro de petróleo y sus amenazas de una invasión son desmedidas para un pueblo que defiende la democracia”, dijo Velásquez, quien defiende la versión según la cual lo ocurrido en Honduras no es un golpe de Estado sino una sucesión constitucional.
Las consignas sobre Chávez suelen dominar en las manifestaciones a favor y en contra de Zeleya, que se suceden casi a diario desde que el presidente hondureño fue expulsado por los militares y reemplazado por Roberto Micheletti.
“No somos Venezuela, no queremos ser Cuba”, señalan letreros portados por manifestantes que respaldan a Micheletti y que niegan que la sustitución de Zelaya haya constituido un golpe de Estado.
En tanto, en las marchas que piden la restitución de Zelaya en la presidencia, los manifestantes proclaman su respaldo al Alba (Alianza Bolivariana para las Américas), el plan de integración continental lanzado por Chávez, y se le pide al mandatario venezolano que no deje sola a Honduras.
Zelaya, quien anunció que retornará a su país este fin de semana, una vez culmine el plazo fijado por la Organización de Estados Americanos a quienes han tomado el poder en Tegucigalpa para que lo restituyan, es un político de derecha que tras su elección dio un giro a la izquierda y se alió con Chávez.
“Sin duda el papel que juega Chávez en lo ocurrido en Honduras es central”, aseguró el politólogo colombiano Vicente Torrijos, quien fue académico en Tegucigalpa invitado por Zelaya durante su primer año de gobierno.