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COLUMNISTAS


Distribución de riqueza y crimen

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 28 noviembre, 2007


Al ver los primeros informes sobre el Estado de la Nación, preparado por Miguel Gutiérrez Saxe y su estimable equipo de investigadores, hay que aceptar que la distribución de la riqueza en Costa Rica es menos equitativa que hace diez años, y que el crimen y la delincuencia también han crecido en el mismo periodo. Lo que no se puede hacer, frente a estos hechos, es llegar a la conclusión de que existe una relación causal entre la pobreza y el crimen, como lo hicieron algunos comentaristas.

Existe una gran tentación en ciertos círculos de alegar que la pobreza es causa del crimen, y en especial de los actos delictivos violentos. Los que aceptan este argumento dirían que la escasez, el hacinamiento y el desempleo llevan a la desesperación y la violencia.

Para los responsables de la seguridad del país, el argumento de que la pobreza causa el crimen podría ser especialmente atractivo, porque les exonera de responsabilidad por el crecimiento de la delincuencia violenta. Hasta que se resuelva el problema de la pobreza, rezaría el argumento, será posible reducir el crimen. Afortunadamente, los jerarcas de Seguridad no abrazaron el argumento que se vio en algunos medios cuando salieron los informes del Estado de la Nación.

Los creyentes en el determinismo económico (antes la fundación de una disciplina marxista desacreditada denominada el “materialismo histórico”) podrían abrazar el argumento de la causalidad pobreza/crimen, porque estos consideran que el comportamiento humano es condicionado por la cantidad de recursos que uno u otro domina. Afortunadamente el ser humano tiene emociones y capacidad racional, y mucho de lo que hace no se motiva por el factor económico.

La verdad es que no se puede establecer una causalidad entre la distribución de la riqueza por un lado y el crimen por el otro. Hay países que tienen sistemas de distribución de riqueza más desequilibrados que el costarricense, y que sufren menos crimen de lo que se ve en este país.

Los que entienden la explicación científica entenderán cuando se dice que puede haber una “correlación” entre las dos cosas, pero no se puede determinar cuál es la causa de la otra.

Por ejemplo, cuando prevalece mucho crimen en un país o un sector de un país, llega menos inversión a este. Hay pocas pulperías en los barrios pobres por el problema de la criminalidad. Y como dijo un inversionista extranjero en Costa Rica, que había visto una alternativa en otro país centroamericano —“aquí puedo vivir y vigilar mi inversión todos los días del año. Allá puedo visitar solo con guardaespaldas cualquier propiedad que adquiero”. La violencia y el crimen cohíben el crecimiento económico y provocan la pobreza. Pero si se quiere establecer causalidad, quizás sea al revés y se podría argumentar que si se suprime el crimen habrá menos pobreza.

La verdad es que ambos son problemas muy serios y se tienen que minimizar para que Costa Rica continúe siendo un lugar atractivo para vivir, criar niños e invertir. Hay que reprimir la violencia y fomentar la inversión económica.

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