Celulares para aprender

Hoy se habla mucho sobre la necesidad de invertir en educación y de conocer y apropiarse de lo nuevo en tecnología en provecho del desarrollo. Pero como lo resalta una entrevista al experto a nivel mundial de la tecnología móvil aplicada a la educación, el sueco Marcelo Milrad, publicada en este medio hoy, el entusiasmo evidente de los niños y adolescentes por el uso de los aparatos móviles no se ha aprovechado aún en beneficio de los procesos educativos. Cada vez es mayor la cantidad de personas que actualmente llevan consigo un celular y estos tienden a brindar muchos servicios en un solo dispositivo. Si bien es cierto que en los países más pobres muchos estudiantes lamentablemente no tienen acceso aún a la tecnología para estudiar, Milrad enfatiza que esos móviles deberían ser el camino a seguir en vez de apuntar solo a las computadoras, de más altos costos. La presencia de este profesor de la Universidad de Växjo (Suecia) en el país, se debió precisamente a la sétima edición de Edunov@ (encuentro académico con los grandes expertos mundiales en la materia) que realiza el Instituto Innov@, de la Fundación Omar Dengo (FOD), una entidad privada que gesta y ejecuta proyectos nacionales y regionales en el campo del desarrollo humano, la innovación educativa y las nuevas tecnologías. El tema en esta oportunidad fue el papel de las tecnologías móviles en la educación, algo que debería incorporarse al debate nacional que es necesario provocar para definir y producir un cambio cualitativo en los programas y el sistema educativo nacional, para precisar las nuevas competencias necesarias para el desarrollo. En este sentido, deberán aprovecharse al máximo las posibilidades que se abren para Costa Rica mediante el convenio firmado con Corea del Sur (impulsado por FOD), que pondrá el énfasis en educación e industria, mediante el cual podrá promoverse la enseñanza on–line. La educación debería ser, al igual que la salud y la seguridad, temas que no se utilicen para publicitar partidos políticos mediante promesas con miras a obtener la presidencia de la República en las elecciones de febrero próximo. Estos son temas que deben abordarse como políticas de Estado que requieren un acuerdo nacional y plantearse con un contenido de fondo y forma que se acompañe del debido presupuesto para que puedan ser una realidad.

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