Agricultores argentinos mantienen protesta
| Viernes 16 mayo, 2008
Agricultores argentinos mantienen protesta
Líderes sindicales esperan “señal” de presidenta Fernández para retornar a la mesa de negociación
Buenos Aires
EFE
Los productores rurales de Argentina resolvieron ayer extender hasta el próximo miércoles sus protestas en contra de los impuestos a las exportaciones de granos dispuestos por el Gobierno de Cristina Fernández, de quien esperan una “señal” para retomar las negociaciones.
Los dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) enviaron una nota a la jefa de Estado en la que le solicitan una “urgente audiencia” con miras a reiniciar el diálogo.
Las asociaciones, que reúnen a unos 290 mil productores agropecuarios, aseguraron en una rueda de prensa que harán sus “máximos esfuerzos” para allanar el camino de conversación con el Gobierno, con el que esperan “discutir soluciones concretas” para el sector.
Mientras esperan esas “señales”, los agricultores no comercializarán granos con destino a la exportación, tal como lo vienen haciendo desde hace una semana.
Los dirigentes rurales dijeron que las manifestaciones a la vera de las carreteras continuarán, aunque sin bloqueos, y aseguraron el abastecimiento de carnes, lácteos y otros alimentos perecederos.
Además, convocaron para el próximo 25 de mayo a un acto “por la recuperación de un país federal” en la ciudad de Rosario (350 kilómetros al noroeste de Buenos Aires).
Iniciarán, igualmente, una campaña para recolectar un millón de firmas para que el Parlamento argentino recupere las facultades delegadas en el Ejecutivo en materia de fijación de tributos.
El conflicto estalló el 11 de marzo, cuando el Gobierno impuso un nuevo esquema de impuestos a las exportaciones de granos, aunque el campo ya había manifestado antes su descontento por las restricciones a las ventas externas de carnes y trigo y la falta de una política oficial integral para el sector.
Los productores agropecuarios llevaron a cabo durante tres semanas una huelga comercial y bloqueos en las carreteras, lo que causó desabastecimiento y encarecimiento de los alimentos.
Tras una tregua de cinco semanas con negociaciones infructuosas, el pasado 7 de mayo las entidades agrarias resolvieron no comercializar hasta ayer granos destinados a la exportación, medida que ahora se extiende por otros seis días.
Los productores retienen unos 44 millones de toneladas de granos, que representan el 45% de la cosecha total del país y valen entre $12 mil y $14.900 millones, según cálculos de la prensa económica.
En esta última semana, los productores rurales regresaron a las rutas para manifestar su “bronca” contra el Gobierno, aunque sin retomar los bloqueos, al tiempo que llevaron sus reclamos al Parlamento e intensificaron sus contactos con alcaldes y gobernadores de provincia para sumar nuevos actores a la discusión.
Ayer fue el turno de Hermes Binner, gobernador de Santa Fe (centro, una de las principales provincias productoras de alimentos), quien abogó para que las partes “recuperen el diálogo y la confianza para salir del conflicto lo antes posible”.
Binner destacó un discurso que pronunció este miércoles la presidenta argentina, quien se alejó del tono duro que ha adoptado en los momentos más álgidos del conflicto con el campo y esta vez optó por llamar al diálogo.
Las palabras de Fernández también calaron en los dirigentes de movimientos de izquierda afines al Gobierno que amenazaban con acampar en las carreteras para “defender” los impuestos a las exportaciones de granos, pero que ayer resolvieron esperar hasta el próximo sábado para ver si los agricultores deponían sus protestas.
Los agricultores también se hicieron eco de las palabras de la mandataria y, aunque valoraron el tono conciliador, las consideraron insuficientes, pues no constituyen soluciones “efectivas” para el sector rural.
“Hay un mensaje de la presidenta llamando a la concertación, pero también es verdad que las soluciones no están y por eso le pedimos ir a discutirlas”, declaró el titular de la FAA, Eduardo Buzzi.
Esas demandas “concretas” no solo incluyen los nuevos tributos a las exportaciones de trigo, soja, girasol y maíz -que los agricultores tachan de “confiscatorios”-, sino que alcanzan a la falta de normalización para las colocaciones de trigo y carnes de vacuno y los problemas de rentabilidad para la producción láctea.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y harinas) de estos granos.
Líderes sindicales esperan “señal” de presidenta Fernández para retornar a la mesa de negociación
Buenos Aires
EFE
Los productores rurales de Argentina resolvieron ayer extender hasta el próximo miércoles sus protestas en contra de los impuestos a las exportaciones de granos dispuestos por el Gobierno de Cristina Fernández, de quien esperan una “señal” para retomar las negociaciones.
Los dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Sociedad Rural Argentina (SRA) enviaron una nota a la jefa de Estado en la que le solicitan una “urgente audiencia” con miras a reiniciar el diálogo.
Las asociaciones, que reúnen a unos 290 mil productores agropecuarios, aseguraron en una rueda de prensa que harán sus “máximos esfuerzos” para allanar el camino de conversación con el Gobierno, con el que esperan “discutir soluciones concretas” para el sector.
Mientras esperan esas “señales”, los agricultores no comercializarán granos con destino a la exportación, tal como lo vienen haciendo desde hace una semana.
Los dirigentes rurales dijeron que las manifestaciones a la vera de las carreteras continuarán, aunque sin bloqueos, y aseguraron el abastecimiento de carnes, lácteos y otros alimentos perecederos.
Además, convocaron para el próximo 25 de mayo a un acto “por la recuperación de un país federal” en la ciudad de Rosario (350 kilómetros al noroeste de Buenos Aires).
Iniciarán, igualmente, una campaña para recolectar un millón de firmas para que el Parlamento argentino recupere las facultades delegadas en el Ejecutivo en materia de fijación de tributos.
El conflicto estalló el 11 de marzo, cuando el Gobierno impuso un nuevo esquema de impuestos a las exportaciones de granos, aunque el campo ya había manifestado antes su descontento por las restricciones a las ventas externas de carnes y trigo y la falta de una política oficial integral para el sector.
Los productores agropecuarios llevaron a cabo durante tres semanas una huelga comercial y bloqueos en las carreteras, lo que causó desabastecimiento y encarecimiento de los alimentos.
Tras una tregua de cinco semanas con negociaciones infructuosas, el pasado 7 de mayo las entidades agrarias resolvieron no comercializar hasta ayer granos destinados a la exportación, medida que ahora se extiende por otros seis días.
Los productores retienen unos 44 millones de toneladas de granos, que representan el 45% de la cosecha total del país y valen entre $12 mil y $14.900 millones, según cálculos de la prensa económica.
En esta última semana, los productores rurales regresaron a las rutas para manifestar su “bronca” contra el Gobierno, aunque sin retomar los bloqueos, al tiempo que llevaron sus reclamos al Parlamento e intensificaron sus contactos con alcaldes y gobernadores de provincia para sumar nuevos actores a la discusión.
Ayer fue el turno de Hermes Binner, gobernador de Santa Fe (centro, una de las principales provincias productoras de alimentos), quien abogó para que las partes “recuperen el diálogo y la confianza para salir del conflicto lo antes posible”.
Binner destacó un discurso que pronunció este miércoles la presidenta argentina, quien se alejó del tono duro que ha adoptado en los momentos más álgidos del conflicto con el campo y esta vez optó por llamar al diálogo.
Las palabras de Fernández también calaron en los dirigentes de movimientos de izquierda afines al Gobierno que amenazaban con acampar en las carreteras para “defender” los impuestos a las exportaciones de granos, pero que ayer resolvieron esperar hasta el próximo sábado para ver si los agricultores deponían sus protestas.
Los agricultores también se hicieron eco de las palabras de la mandataria y, aunque valoraron el tono conciliador, las consideraron insuficientes, pues no constituyen soluciones “efectivas” para el sector rural.
“Hay un mensaje de la presidenta llamando a la concertación, pero también es verdad que las soluciones no están y por eso le pedimos ir a discutirlas”, declaró el titular de la FAA, Eduardo Buzzi.
Esas demandas “concretas” no solo incluyen los nuevos tributos a las exportaciones de trigo, soja, girasol y maíz -que los agricultores tachan de “confiscatorios”-, sino que alcanzan a la falta de normalización para las colocaciones de trigo y carnes de vacuno y los problemas de rentabilidad para la producción láctea.
Argentina es el primer exportador mundial de girasol, el segundo de maíz, el tercero de soja y el cuarto de trigo, y ocupa también puestos de relevancia en el comercio global de derivados (aceites y harinas) de estos granos.