Mujeres se abren paso en labores portuarias tradicionalmente desempeñadas por hombres

Muchas de las actuales colaboradoras de la Terminal de Contenedores de Moín llegaron a la feria de empleo para llevarles el formulario a sus novios, esposos o padres.

Pero, tras escuchar las charlas y conocer las políticas de género de la empresa y los perfiles de los puestos, entraron en razón de que perfectamente podían aplicar para las plazas vacantes.

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Convertirse en operadoras de grúas o del taller mecánico del nuevo puerto era algo que muchas no habían considerado, pero dieron el paso adelante.

En la actualidad, son 170 las mujeres que aprovecharon la oportunidad laboral que se les abrió en Limón, una provincia golpeada por el desempleo y caracterizada por tener un alto promedio de familias lideradas por mujeres.

Alcanzar el puesto en la terminal portuaria les tomó superar una serie de pruebas y destrezas que no consideraron género, sino talento y mucho deseo de aprender.

Además, un gran sacrificio, ya que debían capacitarse, en algunos casos, fuera del país, con la dificultad que eso implica para madres de hijos en edad escolar.

A cambio, les brindaron condiciones laborales parejas, con bandas salariales de acuerdo al perfil del puesto y no a cuestión de género o etnia, y con la posibilidad de crecer según su capacidad, mediante la evaluación del desempeño.

Justamente, por estas políticas de diversidad de género, Moín es uno de los casos de éxito dentro de la multinacional APM Terminals, a nivel mundial.

Atraer mujeres hacia labores portuarias implicó un gran esfuerzo para generar un cambio de chip en un sector que, por ser históricamente dominado por hombres, mantenía una jerga, vocabulario y costumbres masculinas que había que atender con prioridad, comentó Lisbeth Thomas, directora de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de AMP Terminals.

“Empezamos con un período de inducción donde hacíamos énfasis en diversidad e inclusión, respeto y tolerancia y en temas como hostigamiento sexual y discriminación, haciendo la presentación de nuestras políticas y algunos ejercicios para evidenciar esto dentro de la empresa y, finalmente, anclarlo con el tema de medidas disciplinarias de acuerdo con las normas”, detalló Thomas.

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Esa apertura hacia la participación de la mujer en las actividades portuarias ha dado buenos frutos en Moín, en cuanto a rendimiento, puntualidad y estabilidad laboral.

Por ejemplo, las llamadas de atención a mujeres por llegadas tardías son mínimas y las cifras muestran que cuidan más el trabajo y tienen menor rotación, al punto de que solo dos han renunciado en el primer año de operaciones, a pesar de que la mayoría tiene otras responsabilidades como el cuido de niños y de adultos mayores, destacó la directora de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de la multinacional portuaria.

“Entre más mujeres se decidan a participar en el área operativa, contribuirán más a la ruptura de los patrones tradicionales que ha habido en el tema de transporte y de logística, y no solo en Costa Rica, sino en el mundo”, comentó Thomas.