Corrupción más cinismo
| Lunes 15 octubre, 2012
Corrupción más cinismo
Un coctel perverso contra la confianza ciudadana
Por una feliz coincidencia, en la Asamblea Legislativa están funcionando simultáneamente dos comisiones investigadoras que tienen que ver con el uso de los recursos públicos y el comportamiento de políticos y funcionarios públicos en el manejo de esos recursos.
Una está relacionada con dineros de la pasada campaña electoral, y la otra con la insondable trocha.
En la primera, se están espulgando los gastos electorales del PLN y los correspondientes justificantes que presentó ante el Tribunal Supremo de Elecciones para el respectivo reclamo de deuda política.
Como si se tratara de un guión bien ensayado y mejor aprendido, cada semana los actores que suben a escena repiten el mismo parlamento: los de las alturas, los jefes, estuvieron tan alto en la pasada campaña electoral que sólo se ocuparon de temas sustantivos, no teniendo jamás tiempo para detenerse en minucias como demandar información sobre cómo y dónde se estaban haciendo los gastos electorales, la validez de esos gastos y sus respectivos comprobantes.
Los “de abajo”, simplemente alegan que cumplían órdenes, hacían mandados, sin saber mayor cosa del asunto, tratando de hacer valer el refrán de que “el que es mandado, no es culpado”.
En cuanto a la otra comisión que investiga el uso de los 22.500 millones de colones que va costando esa misteriosa vía en la zona fronteriza norte, hay actuaciones más tenebrosas y hasta cínicas, en el esfuerzo concertado porque nada pase.
Los verdaderos inspiradores de ese proyecto cuya verdadera razón todavía está en secreto, no han salido aún a escena. Han figurado mandos medios y algunos “actores invitados” que se sacuden de responsabilidades, siempre apuntando hacia los de más abajo y cayendo en reiteradas y muy serias contradicciones, en un repulsivo esfuerzo por decir “yo no fui, fue…”, que además parece ser el estribillo preferido en esta Administración Chinchilla.
Caemos de nuevo en una partitura que ha sido constante en los gobiernos liberacionistas de los últimos años: las estructuras paralelas. Así, mientras unos se regodean disfrutando de las mieses del Poder, otros alegremente estiran la mano para recibir la pitanza mensual, simplemente por cerrar los ojos y “hacerse los majes”.
Franklin Carvajal B.
Un coctel perverso contra la confianza ciudadana
Por una feliz coincidencia, en la Asamblea Legislativa están funcionando simultáneamente dos comisiones investigadoras que tienen que ver con el uso de los recursos públicos y el comportamiento de políticos y funcionarios públicos en el manejo de esos recursos.
Una está relacionada con dineros de la pasada campaña electoral, y la otra con la insondable trocha.
En la primera, se están espulgando los gastos electorales del PLN y los correspondientes justificantes que presentó ante el Tribunal Supremo de Elecciones para el respectivo reclamo de deuda política.
Como si se tratara de un guión bien ensayado y mejor aprendido, cada semana los actores que suben a escena repiten el mismo parlamento: los de las alturas, los jefes, estuvieron tan alto en la pasada campaña electoral que sólo se ocuparon de temas sustantivos, no teniendo jamás tiempo para detenerse en minucias como demandar información sobre cómo y dónde se estaban haciendo los gastos electorales, la validez de esos gastos y sus respectivos comprobantes.
Los “de abajo”, simplemente alegan que cumplían órdenes, hacían mandados, sin saber mayor cosa del asunto, tratando de hacer valer el refrán de que “el que es mandado, no es culpado”.
En cuanto a la otra comisión que investiga el uso de los 22.500 millones de colones que va costando esa misteriosa vía en la zona fronteriza norte, hay actuaciones más tenebrosas y hasta cínicas, en el esfuerzo concertado porque nada pase.
Los verdaderos inspiradores de ese proyecto cuya verdadera razón todavía está en secreto, no han salido aún a escena. Han figurado mandos medios y algunos “actores invitados” que se sacuden de responsabilidades, siempre apuntando hacia los de más abajo y cayendo en reiteradas y muy serias contradicciones, en un repulsivo esfuerzo por decir “yo no fui, fue…”, que además parece ser el estribillo preferido en esta Administración Chinchilla.
Caemos de nuevo en una partitura que ha sido constante en los gobiernos liberacionistas de los últimos años: las estructuras paralelas. Así, mientras unos se regodean disfrutando de las mieses del Poder, otros alegremente estiran la mano para recibir la pitanza mensual, simplemente por cerrar los ojos y “hacerse los majes”.
Franklin Carvajal B.