Capacitar talento humano y dar incentivos fiscales son el camino para llevar zonas francas fuera de la GAM

Para crear mejores empleos en zonas rurales y en las costas del país, urge mejorar la infraestructura vial y la logística, pero sobre todo, dar incentivos fiscales y capacitar al talento humano.

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De lo contrario, la meta de llevar la inversión extranjera directa fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM) se quedaría a medio palo, según varios expertos consultados por LA REPÚBLICA.

A la lista, habría que sumar servicios públicos más accesibles y otros de primer mundo, como sería la red de súper internet 5G.

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Cumplir con esta tarea es vital, no solo porque las zonas rurales y las costas concentran los problemas más graves de desempleo y pobreza, sino cifras alarmantes de inseguridad en algunos casos.

La realidad es clara en materia de inversión, mientras que el régimen definitivo crece a un 4% al año, las zonas francas registran cifras de un 12%.

Sin embargo, lo más importante es que los empleos asociados al régimen especial duplican el salario mínimo promedio.

En estos momentos, el salario promedio de un trabajador de zona franca, asciende a unos $1.323 al mes, según la Asociación de Zonas Francas, mientras que el salario mínimo en Costa Rica ronda los $650. Por otra parte, la remuneración para una persona con grado universitario de licenciatura es de $1.400, según la lista de salarios del Ministerio de Trabajo para el sector privado.

“El principal problema radica en la falta de talento humano. Nos estamos quedando cortos como país para disponer de las personas capacitadas para ocupar los puestos que las empresas están ofertando, mientras, por otro lado, el desempleo crece y esto es pecado mortal”, aseguró Mónica Segnini, economista y líder empresarial.

Y es que un 37,5% de las empresas de zona franca no encuentra el talento humano que requieren y este porcentaje creció con respecto al 2022 cuando era de un 24,7%, asegura el informe de la Cámara de Industrias.

Es por ello, que se debe de poner más énfasis a dos competencias blandas: el bilingüismo y el desarrollo tecnológico.

El país tiene un faltante de personal en las áreas de agroindustria, dispositivos médicos y TICs, así como técnicos, en electricidad, electrónica, electromecánica y mecánica de precisión entre otros.

En la parte profesional, las ingenierías se siguen posicionando como las más necesarias y no cubiertas: industrial, software, soporte y arquitectos.

Al no encontrar en el mercado el personal capacitado, algunas empresas han empezado a contratar el personal de otras empresas de su mismo sector o similares, pero con el perfil que ellos requieren, para lo cual deben ofrecer mayores salarios y beneficios.

La formación dual impulsada entre el Instituto Nacional de Aprendizaje y la Cámara de Industrias se convierte en una alternativa para ayudar a los estudiantes y a las empresas para que consigan el talento humano que necesitan.

En infraestructura, mucho se ha hablado del trabajo en carreteras, puertos, aeropuertos y servicios básicos: agua, electricidad e internet.

“Para eso, es sumamente importante los incentivos de manera que los desarrolladores puedan invertir. Nosotros hemos tenido que hacer literalmente todo en Grecia y otros proyectos hacia San Ramón, construir la carretera, traer agua, electricidad, llevar telecomunicaciones y capacitar al talento humano. Generamos empleo para personas dedicadas a la caña de azúcar y el café y ahora esa mano de obra se está renovando”, contó Carlos Wong, presidente de Azofras.

Tanto Cinde, como Procomer, trabajan en la atracción de esas inversiones, incluso para octubre se tiene programada una feria de empleo para las personas que quieran trabajar fuera del Gran Área Metropolitana y se espera que se haga en la zona norte.

El modelo de atracción de inversión extranjera presentado por Procomer el año pasado, establece una meta cuatrianual de alcanzar 200 proyectos nuevos de inversión, de los cuales, 70 serán fuera de la GAM.

Para lograrlo, todos coinciden en que el futuro de la inversión extranjera en Costa Rica se construye mediante incentivos claros, esfuerzos unificados, alianzas público- privados y una firme apuesta la formación del talento humano, solo así se podrán abrir más fuentes de empleo.