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Cada quien debe proteger a sus ríos

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 01 septiembre, 2010



Cada quien debe proteger a sus ríos


El dragado del río San Juan es un hecho; el gobierno de Nicaragua busca limpiar esta vía acuática para permitir el tránsito de embarcaciones más grandes desde el Atlántico hacía el Lago Cocibolca. Ya han surgido protestas en Costa Rica, especialmente entre grupos ambientalistas, por esta decisión de la administración de Daniel Ortega. Incluso el gobierno de la presidenta Laura Chinchilla ha manifestado sus preocupaciones en por lo menos dos ocasiones a los vecinos del norte.
No quisiera explorar los argumentos a favor o en contra de esta decisión del gobierno nicaragüense, y confieso que realmente no los conozco. De todos modos ya han aparecido grupos sindicalistas y de ambientalistas nicaragüenses que están tomando sus posiciones frente a esta acción; parece que hay algún debate a lo interno del país vecino al respecto.
Lo que quisiera hacer es respetuosamente sugerir a los ambientalistas costarricenses y al gobierno de doña Laura que sería más provechoso luchar para salvar y limpiar los ríos dentro del territorio nacional que lanzarse al ámbito internacional protestando por acciones tomadas por un gobierno soberano sobre un río que La Haya de nuevo ha reiterado que pertenece a Nicaragua.
Un buen punto de partida es el río Tárcoles, donde sigue Acueductos y Alcantarillados vertiendo miles de litros de aguas negras cada hora, no obstante una orden de la Sala IV (una institución poco obedecida) de que cesara de hacerlo. Aparte de ser una cloaca con nombre de río, sus riveras parecen basureros. Peor aún, el lugar donde desemboca al mar se ha convertido en un punto turístico de importancia donde los visitantes internacionales, invitados al país con el slogan “no artificial ingredients,” pueden observar a los cocodrilos pacientemente esperando que alguna basura especialmente suculenta pase frente a sus ojos. ¿Dónde están las protestas de los ambientalistas por esta situación que, aparte de ser un atentado, es una vergüenza nacional?
Si fuera solo el Tárcoles, menos mal. Lamentablemente el Virilla también está totalmente contaminado y es tal el problema que potencialmente amenaza los acuíferos del Valle Central. El Tiribi no está mejor; la verdad es que todos los ríos del Valle Central se han convertido en cloacas o basureros y la situación no es mucho mejor en varias partes más alejadas de la capital. Me extraña que no se haya oído de turistas que salgan a los rápidos que terminan cortados por latas o pedazos de metal o que terminan enfermos por tocar accidentalmente a alguna cochinada inmersa en el agua.
Es bonito lanzarse internacionalmente en contra de los nicaragüenses que pretenden dragar un río que a ellos les pertenece y hablar del impacto ambiental que potencialmente pudieran provocar estas acciones. Tomar posición en contra del dragado de los nicas hasta que pudiera dar puntos favorables en las encuestas de opinión a los que encabezan el esfuerzo.
No tan agradable es tener que enfrentar que los ríos nacionales contradicen a toda la propaganda internacional que invita a los turistas a conocer un país prístino, dedicado a cuidar sus recursos naturales, y que se aboca como pueblo a cuidar su medio ambiente.
A los que están preocupados con lo que hacen los nicaragüenses con su río respetuosamente les sugiero que “saquen primero la viga de tu ojo antes de ver la paja en el del ajeno.”

Carlos Denton
cdenton@cidgallup.com

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