Mujeres emprendedoras
En las naciones desarrolladas las empresarias ya se encuentran en plena carrera, en tanto que en los países menos desarrollados dan pequeños pasos o están aprendiendo a caminar
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 13 marzo, 2010
Es evidente que todo lo que afecta a las empresarias ha adquirido más preeminencia dentro del debate público en el mundo globalizado. En las naciones desarrolladas las empresarias ya se encuentran en plena carrera, en tanto que en los países menos desarrollados dan pequeños pasos o están aprendiendo a caminar. El tema de las mujeres se ha puesto sobre el tapete en estos días en varios seminarios y hasta ha sido objeto de políticas de crédito bancarias. La Cámara de Comercio de Costa Rica y el Programa para el Desarrollo de la Mujer Empresaria de BN Desarrollo organizaron en días pasados el Congreso Anual “Mujer y Negocio 2010”, como una forma de reconocer la participación de la mujer profesional y líder en el ámbito productivo de competitividad y dinamismo del país. Como esta, muchas iniciativas van dirigidas a buscar el cierre de esta brecha para incorporar a los países en desarrollo en la corriente de pensamiento sobre las empresarias del mundo moderno. Estudios recientes muestran que las empresas propiedad de mujeres que participan en el desarrollo mundial, tienen mayores ingresos, son más optimistas en cuanto a su perspectiva y están más centradas en la expansión de sus operaciones que las empresas propiedad de mujeres con orientación hacia el mercado interno. La lección que se desprende de tales observaciones es que las asociaciones de empresas de mujeres deberán asegurar que sus afiliadas, cualquiera que sea su tamaño, estén equipadas para cosechar los beneficios de la expansión en el área internacional. Los esfuerzos deben orientarse a brindar acceso a estas empresas a la tecnología de la información porque ayuda a identificar mercados, tendencia y nichos potenciales, organizar, unir esfuerzos y ampliar su capacidad y servicios. Es imperiosa la necesidad de contar con más información sobre empresas propiedad de mujeres para obligar a las autoridades a darse cuenta de que este género es una fuerza económica manifiesta. Es necesario defender los intereses de la mujer para concienciar a organismos internacionales de desarrollo, como el Banco Mundial, de que una meta crucial en los países en desarrollo debe ser el establecimiento de empresas por parte de mujeres. Es un objetivo tan importante como el mejoramiento de la salud, y de las perspectivas de educación nacionales de la mujer. Las asociaciones de empresas y los formuladores de políticas en el mundo ya no pueden desatender el floreciente poder de la mujer en la economía. Una meta insoslayable para nuestro milenio es pues, recuperar ese empuje y ayudarle a que eche raíces lo antes posible.