Llegó la hora de prostituirse
| Viernes 10 mayo, 2013
Yo esperaría que el Tribunal Supremo de Elecciones y, si fuera el caso, el Ministerio Público tengan las agallas suficientes para llegar al fondo de este asunto (gastos de campaña)
Llegó la hora de prostituirse
La conformación del directorio legislativo parece dejar en evidencia, una vez más, que el PASE necesita prostituirse para frenar de alguna manera la investigación que realiza de oficio el Tribunal Supremo de Elecciones sobre el presunto gasto hecho por esta agrupación política en la campaña presidencial.
Tras ciertas investigaciones, indudablemente existe miedo, y por eso el PASE requiere asegurarse un puesto en algún poder de la República, para que la investigación mantenga un perfil bajo. Claro, eso solo se logra con favores mutuos.
A veces soy malpensada, y creo que la actuación del expresidente del Congreso, el diputado Víctor Emilio Granados, con respecto al decomiso de la computadora de la oficina del diputado Walter Céspedes, donde podría existir información de la Trocha que presuntamente involucraba al hermano de la presidenta, fue planeada por ambos poderes a cambio de un puesto en el directorio.
El partido que todos considerábamos humanista, protector de la población con discapacidad, que en el Congreso pasado tanto criticó el que esta población estuviera olvidada por el gobierno de turno —que por supuesto también era del Partido Liberación Nacional—, hoy apoya al partido de gobierno Liberación Nacional.
Pero a cambio de sentirse importante, hay quienes se venden al mejor postor para tener presencia; de lo contrario no son nadie: por sí solos no tendrían méritos.
Yo esperaría que el Tribunal Supremo de Elecciones y, si fuera el caso, el Ministerio Público tengan las agallas suficientes para llegar al fondo de este asunto.
Solo se necesita tener dos dedos de frente para entender lo que realmente pasó con la deuda política asignada al PASE, dinero de los/as costarricenses.
Hoy me doy cuenta de que para ese partido llegó la hora de prostituirse. Se da un voto a cambio de lentitud en un proceso; se da un voto a cambio de protección; se da un voto a cambio de que le pongan atención en el plenario; se da un voto a cambio de la aprobación de un proyecto para celebrar un día; se da un voto a cambio de un puesto en el directorio que les dé presencia; se da un voto a cambio de ser un opositor pero verde.
Entonces… existe la prostitución política.
Krisia Montoya Calderón
Asesora legislativa