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Cuando la contaminación no lo deja trabajar

Melissa González mgonzalezt@larepublica.net | Martes 24 agosto, 2010




Cuando la contaminación no lo deja trabajar
Ruido, polvo e incluso mala iluminación son algunos de los principales agentes contaminantes en las oficinas



Algunas veces trabajar se torna más difícil si en la empresa en que labora tiene algún tipo de contaminación.
Tal vez no sea tan evidente, pero sí puede estarlo afectando directamente.
Un ejemplo de contaminación es el ruido, en las oficinas las principales fuentes provienen de las mismas herramientas de trabajo como por ejemplo impresoras, teléfonos, fotocopiadoras, ventiladores de los equipos y la voz de las personas.
A pesar de esto, este tipo de ruido suele estar muy por debajo de los niveles necesarios para provocar problemas de salud.
Sin embargo si usted considera que está afectando su salud, la empresa debe tomar medidas.
“Por lo general se realiza una evaluación del lugar de trabajo para identificar las fuentes generadoras de ruido y determinar la exposición laboral de los colaboradores, la cual se realiza mediante una estimación del Nivel de Presión Sonoro medido en decibeles (dB), para luego tomar acciones tanto preventivas como de control; por ejemplo aislamiento de habitaciones, sustitución de partes de maquinaria, entre otras”, comentaron Elizabeth Venegas y Mónica Gutiérrez, consultoras de ambiente y desarrollo de CEGESTI.
Si a pesar de los controles tomados, se continúa percibiendo niveles de ruido cercanos o superiores a los límites permitidos en el Reglamento para el Control de Contaminación por Ruido del Ministerio de Salud (85 dB para exposición laboral de ocho horas continuas) entonces se recomienda complementar con uso de equipo de protección personal como por ejemplo, tapones y orejeras.
Otras fuentes de contaminación en las oficinas son los agentes químicos como gases, vapores, polvos, nieblas, neblinas y humos metálicos. Así como agentes biológicos, microorganismos y sus desechos, incluso la mala iluminación, según dio a conocer Róger Soto Díaz, director de Salud Ocupacional de ULACIT.
Para Paula Leñero, gerente de Capital Humano de Deloitte, si el entorno laboral carece de equilibrio y las compañías descuidan tanto la estética como a los empleados no puede esperarse más que infortunios y desaciertos.

Melissa González
mgonzalezt@larepublica.net






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