Abstencionismo y democracia
| Sábado 27 octubre, 2007
Abstencionismo y democracia
En política, la abstención es una de las opciones ante la toma colectiva de una decisión y quien la practica no emite su opinión en forma de voto.
El abstencionismo ha sido vinculado a las más diversas causas, desde las que se refieren a los mecanismos mismos de los procesos electorales hasta las que están relacionadas con la forma de reaccionar de los diversos sectores de la población ante los problemas que los afectan.
Para el buen funcionamiento de una democracia, cada cierto periodo de tiempo en que se van a renovar los poderes nacionales o locales, es imprescindible la participación electoral de la ciudadanía, y es a través del sufragio que los ciudadanos pueden influir sobre el proceso político, y brindar legitimidad a las autoridades encargadas del proceso.
Está claro que, desde siempre ha existido un sector de la población que ante la desesperanza y la desesperación ha optado por otras vías distintas a la electoral para tratar de transformar la realidad que está viviendo o simplemente considera que por medio de los procesos electorales nada va a cambiar en nuestra sociedad.
Este grupo social incluye a quienes han optado por no registrarse ni obtener su credencial de elector, por lo que ni siquiera quedan registrados como abstencionistas en las estadísticas electorales. Los abstencionistas agregan que sí les interesa el proceso electoral pero que una vez estudiadas las opciones ofrecidas, llegan a la conclusión de que todas representan, en esencia, lo mismo.
Este tipo de abstencionismo que rechaza toda participación electoral, porque rechaza al sistema mismo, con clara conciencia del significado de su acción, estuvo presente a lo largo de los comicios del siglo pasado y lo estará cada vez más en el presente si no se modifican las condiciones de participación, esto es, que se sientan representados.
Frente a esta realidad, se hace necesario no solamente hacer una crítica cada vez más profunda al sistema político actual de nuestro país, a su sistema electoral y a su sistema de partidos, sino organizar al pueblo para establecer una nueva democracia que no solamente incluya verdaderos mecanismos democráticos de elección, sino que recoja lo mejor de nuestras tradiciones para pugnar por una forma de democracia participativa que garantice la participación de la mayoría.
Finalmente, la democracia, así entendida, implica transitar desde las concepciones tradicionales de una democracia gobernada a una democracia gobernante, y avanzar desde la concepción liberal de una democracia que proporciona garantías a los ciudadanos hacia el concepto de democracia social, la cual se orienta hacia la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales de las personas y asegura los derechos económicos y sociales de los integrantes de la sociedad.
Luis Fernando Allen Forbes
Céd#1-612-997
Director Ejecutivo
Salvemos el Río Pacuare
En política, la abstención es una de las opciones ante la toma colectiva de una decisión y quien la practica no emite su opinión en forma de voto.
El abstencionismo ha sido vinculado a las más diversas causas, desde las que se refieren a los mecanismos mismos de los procesos electorales hasta las que están relacionadas con la forma de reaccionar de los diversos sectores de la población ante los problemas que los afectan.
Para el buen funcionamiento de una democracia, cada cierto periodo de tiempo en que se van a renovar los poderes nacionales o locales, es imprescindible la participación electoral de la ciudadanía, y es a través del sufragio que los ciudadanos pueden influir sobre el proceso político, y brindar legitimidad a las autoridades encargadas del proceso.
Está claro que, desde siempre ha existido un sector de la población que ante la desesperanza y la desesperación ha optado por otras vías distintas a la electoral para tratar de transformar la realidad que está viviendo o simplemente considera que por medio de los procesos electorales nada va a cambiar en nuestra sociedad.
Este grupo social incluye a quienes han optado por no registrarse ni obtener su credencial de elector, por lo que ni siquiera quedan registrados como abstencionistas en las estadísticas electorales. Los abstencionistas agregan que sí les interesa el proceso electoral pero que una vez estudiadas las opciones ofrecidas, llegan a la conclusión de que todas representan, en esencia, lo mismo.
Este tipo de abstencionismo que rechaza toda participación electoral, porque rechaza al sistema mismo, con clara conciencia del significado de su acción, estuvo presente a lo largo de los comicios del siglo pasado y lo estará cada vez más en el presente si no se modifican las condiciones de participación, esto es, que se sientan representados.
Frente a esta realidad, se hace necesario no solamente hacer una crítica cada vez más profunda al sistema político actual de nuestro país, a su sistema electoral y a su sistema de partidos, sino organizar al pueblo para establecer una nueva democracia que no solamente incluya verdaderos mecanismos democráticos de elección, sino que recoja lo mejor de nuestras tradiciones para pugnar por una forma de democracia participativa que garantice la participación de la mayoría.
Finalmente, la democracia, así entendida, implica transitar desde las concepciones tradicionales de una democracia gobernada a una democracia gobernante, y avanzar desde la concepción liberal de una democracia que proporciona garantías a los ciudadanos hacia el concepto de democracia social, la cual se orienta hacia la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales de las personas y asegura los derechos económicos y sociales de los integrantes de la sociedad.
Luis Fernando Allen Forbes
Céd#1-612-997
Director Ejecutivo
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