Vacunar a más gente y más rápido es vital para combatir variante Delta de Covid-19

Para evitar que la variante Delta de la Covid-19 arrase de nuevo con la salud y la economía del país, es fundamental que se acelere el arribo de vacunas -sin importar la casa farmacéutica o país de origen- y de esta forma, se proteja a más gente y más rápido, contra el mortal virus, según el epidemiólogo Ronald Evans de la Universidad Hispanoamericana.

Y es que la mutación de la Covid-19, denominada Delta por la Organización Mundial de la Salud, es el doble de contagiosa que la forma original del virus que apareció en Wuhan hace más de un año.

Este martes en conferencia de prensa se anunció la llegada de 2,5 millones de vacunas durante los próximos tres meses; sin embargo, si no se aumenta el ritmo de vacunación, se corre el riesgo de que la nueva variante doblegue los esfuerzos sanitarios y la tan esperada inmunidad de rebaño se retrase aún más.

Las medidas restrictivas al comercio volverían a detener la economía y con ello, el desempleo podría elevarse una vez más.

“Cuando esta variante aparece en un país y se hace mayoritaria, necesita un mayor porcentaje de cobertura, y no un 60-70%, sino un 80% como mínimo para obtener inmunidad de rebaño, por eso hay que aumentar los objetivos de vacunación”, aseguró Evans.

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Múltiples expertos aseguran que Delta será la cepa predominante del coronavirus, lo cual ha hecho que el Reino Unido, y países de Europa, retrasaran aperturas y tomaran nuevas medidas.

En ese sentido, el ministro de Salud, Daniel Salas anunció que la llegada de esta variante al país es “inminente”, y que posiblemente ya esté circulando en nuestro país.

“Por sus características esperaríamos que no pase mucho tiempo desde que empiece a circular hasta que se detecte”, mencionó el jerarca.

Para el doctor Evans, la disponibilidad de las vacunas, de cualquier casa farmacéutica independientemente de su eficacia, siempre suma a la lucha contra este virus, el cual, ya cobró la vida de más de 4.500 personas en Costa Rica.

“Con las dosis que tenemos, llegaríamos a una inmunidad del 70% entre febrero y abril del año entrante. Ya estamos posponiendo la fecha del objetivo. Si no hay garantía del arribo de dosis, hay que utilizar otras vacunas y hacer más convenios”, añadió el epidemiólogo.

Existen estudios que indican que las vacunas chinas, por ejemplo, pueden evitar la hospitalización de una persona contagiada hasta en un 87%, y en un 90% de entrar a una Unidad de Cuidados Intensivos.

“Lo ideal es vacunar a la población únicamente con los productos garantizados con efectividad comprobada, la máxima, pero es discutible. Si se tienen las condiciones ideales para hacerlo, perfecto, pero en este momento Costa Rica no las tiene”, resaltó Evans.

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Y es que las transformaciones genéticas son normales en los virus, y por esta razón, podríamos seguir esperando más mutaciones. Sin embargo, no todas son desfavorables, algunas inclusive, podrían producir la desaparición del virus.

“Los virus necesitan pasar de un huésped a otro para ser más resistentes, engañar al sistema inmunitario y poder sobrevivir. Entre más circula un virus, es mayor la probabilidad de que se produzcan estos cambios. Su propia ingeniería genética produce modificaciones y estos hacen aparecen las variables”, explicó el experto.

Por eso, ahora el grupo más susceptible para albergar al virus serían los niños y jóvenes, la población sin inmunización. Al corte más reciente, el Hospital de Niños mantiene hospitalizados a diez menores en salón y cuatro en cuidados intensivos, el mayor número desde que inició la pandemia en nuestro país.

“En su afán de supervivencia se dirige a los grupos más vulnerables, y por consiguiente a los que no tienen vacuna”, finalizó Evans.