Teleférico ecoamigable busca agilizar el acceso a Manuel Antonio

Un ambicioso proyecto turístico y de transporte sostenible pretende revolucionar Quepos, mejorando la economía local y acortando los tiempos de traslado en el cantón.

Se trata de un teleférico ecoamigable con un recorrido de 8,4 kilómetros que iría desde el pueblo de Naranjito hasta Savegre.

Este se potenciaría con energía solar y sería recubierto, para proteger a los usuarios del sol y la lluvia y así poder operar durante todo el año.

El diseño del recorrido contempla entre tres y ocho paradas, una de ellas en el Parque Nacional Manuel Antonio y otra en Quepos centro. Entre estos dos puntos el tiempo recorrido sería de unos 20 minutos, cuando en automóvil normalmente se tarda una hora.

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“Hablamos de una iniciativa de transporte, como sucede en Medellín, más que un simple atractivo turístico. La idea es que tanto el extranjero que nos visita, como el quepeño que va a su trabajo, aproveche el teleférico”, explicó Jeff Duchesneau, gerente general de la Marina Pez Vela y uno de los padrinos del proyecto.

El plan es cobrar una tarifa de $1 para nacionales y residentes, y de $15 para extranjeros, con el fin de que los turistas subsidien el costo para las personas que tengan que usar el transporte todos los días.

El proyecto también involucra al Sistema Nacional de Áreas de Conservación y al Ministerio de Ambiente y Energía, para que eventualmente se pueda incluir el teleférico como parte de un paquete para visitar el parque Manuel Antonio.

Justamente el parque será el más beneficiado, ya que permitirá acceder a partes inexploradas de su terreno y tendrá una vía alternativa de llegada, ya que actualmente sólo se visita por medio de vehículos, a través de una única carretera.

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La expectativa es que una vez terminado, el teleférico mueva mil personas por día. Manuel Antonio tiene un potencial turístico de 500 mil visitantes anuales y todo el cantón de Quepos tiene casi 20 mil habitantes, por lo que la demanda está asegurada, según sus promotores.

La iniciativa, con un costo estimado de $50 millones y proyectada para inaugurarse en el año 2025, es impulsada por la empresa privada, que busca fondos para elaborar el estudio de prefactibilidad de la obra.

Una vez se cuente con los datos, se presentaría el proyecto a un organismo multilateral para que lo financie, bajo el concepto de que es amigable con el ambiente, promueve el transporte sostenible y el desarrollo de las comunidades rurales.

Otra opción es dar el proyecto en concesión a una empresa privada o consorcio interesado.

“Es una palanca también para la descarbonización que el país tanto anhela, es un proyecto verde y moderno, que llamará la atención de estos organismos multilaterales”, agregó Duchesneau.