Reestructuraciones organizacionales
Raúl Díaz rdiaz@rsm.cr | Miércoles 22 diciembre, 2021
El impacto ocasionado por la Pandemia del COVID-19 a las Compañías y Grupos Multinacionales (GMs) ha sido significativo y en muchos casos con consecuencias tan graves como el cierre de negocios o líneas de producción en grandes Compañías. Sumado a esto se consideran las estrictas medidas aplicadas en todo el mundo para contener el avance del virus a nivel sanitario las cuales se han vuelto indispensables, ocasionando que la economía mundial nade en un mar de incertidumbre jamás visto.
Por lo anterior, algunas consecuencias como la baja demanda de los consumidor, aumento del riesgo producido por la desconfianza del consumidor; la disrupción de la cadena de suministros, búsqueda de múltiples fuentes de provisionamiento, la descentralización de centros de distribución, la centralización en la prestación de servicios, la adopción del comercio en línea y teletrabajo, el aumento en la solicitud de financiamientos, el aumento de los gastos extraordinarios, las alteraciones de los precios de los productos debido al volátil tipo de cambio; así como el cierre parcial o total de líneas de negocio.
Estas consecuencias hacen trascendental para las Compañías y GMs el comprender como están expuestas a la reducción en sus niveles de rentabilidad e ingresos operativos, así como en los flujos de efectivo de las subsidiarias y cómo las Compañías realizan transacciones entre sí.
Ante este panorama, plantear una reestructuración del negocio en las Compañías y GMs; resulta una práctica adecuada en harás de mitigar perdidas y riesgos derivados de las consecuencias mencionadas. Por lo cual generar un plan de reestructuración de negocio, debe comprender actividades como: la búsqueda de Guías y lineamientos que respalden la reestructuración tanto fiscal como operacionalmente, la identificación de áreas o líneas del negocio que deban ser restructuradas mediante un diagnóstico de las operaciones (es decir la razón del negocio, actividades de soporte o actividades de financiamiento); la definición de actividades concretas que ayuden a estimar la posición económica de la Compañía antes y posterior a la reestructuración y así cuantificar desviaciones con respecto a los resultados del mercado, así como la renovación de los términos contractuales y políticas previamente definidas; son algunas pautas mínimas a ser tomadas en cuenta en la elaboración de dicho plan.
Este plan de reestructuración debe contar con la documentación que respalde los objetivos del negocio, así como una evaluación de la gestión y asignación de riesgos dentro del modelo de reestructuración y de precios de transferencia específico de cada Compañía o GMs, especialmente por qué se debe definir cual compañía dentro del grupo asumirá el riesgo ante eventos extraordinarios.
Ahora bien, las Directrices de la OCDE contemplan el tratamiento adecuado en la asignación de riesgos en una reestructura empresarial; siendo los términos contractuales de gran importancia en la atribución del riesgo, considerando así la determinación de si la gestión de las Compañías es coherente con el riesgo contemplado vía contrato; la determinación de si la asignación del riesgos es conforme con el principio de libre mercado y por ultimo definir las consecuencias de la asignación de los riesgos.
Debido a lo anterior se debe respaldar que en la práctica; la sustancia económica de las áreas o líneas del negocio reestructuradas deben ser coherentes con la formalidad contractual previamente definida; así como el control que se posea del riesgo trasladado y la capacidad financiera de la Compañía que lo asume; de esta manera se facilita la eliminación de contingencias operativas y fiscales futuras y se mejora la práctica del negocio, mitigando las pérdidas económicas aun en tiempos de crisis.