Que no se quede en la teoría
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 29 enero, 2009
Cuando el precio del petróleo en el mundo se disparó a cifras altísimas y ante la lógica alarma de toda la población, ya que Costa Rica depende de las importaciones del crudo, comenzaron a aparecer las iniciativas. Al calor del grave problema que afectó a la industria, el comercio y a todos los habitantes en general, del Poder Ejecutivo surgió el plan de producir y utilizar biocombustibles.
No obstante, y observando la cantidad de postergaciones sufridas por los diferentes aspectos que involucraría el proyecto, detalladas en nota de LA REPUBLICA del martes, pareciera que la baja en el precio de los combustibles enfrió el ímpetu inicial y todo va acomodándose al lento ritmo que caracteriza al país.
La idea de crear un combustible mediante la combinación de gasolinas y alcohol en el país no es nueva, como bien lo explica la nota, ya durante la administración de Rodrigo Carazo (1978-1982) también se intentó pero el experimento duró poco y terminó en el fracaso. Ojalá hoy sea otra la suerte del país.
La realidad es que carecemos aún de una política nacional para el aprovechamiento de biocombustibles y lo malo de esto es que los actuales precios del crudo en el mundo podrían volver a subir en cualquier momento por razones insospechadas por ahora pero que podrían ser eventualmente aprovechadas para volver a dispararlo.
El país debe prepararse con planes serios para no ser totalmente dependiente de una sola base energética como le ocurre con el petróleo en la actualidad. Adquirirlo a precios altos pone en situación difícil de inmediato a Costa Rica por ser importador de la totalidad del crudo que necesite.
No obstante, no puede tratarse tan importante asunto mediante ocurrencias o improvisaciones sino que deben llevarse a cabo acciones en todos los aspectos involucrados, desde el agrícola, para contar con los insumos, hasta las condiciones para el expendio en todo el país. Todo debe responder a un plan diseñado sin dejar cabos sueltos y pensando en una solución realmente viable y conveniente.