¿Por qué los bancos deben gestionar el riesgo climático?
Kattia Ramírez González kramirezgo@bncr.fi.cr | Lunes 03 julio, 2023
Cada año, el cambio climático provoca más desastres naturales y su impacto golpea con más fuerza. ¡Ya llegamos a un punto sin retorno!
El riesgo climático está ligado con la posibilidad de tener un impacto (económico, material, entre otros) producto de un evento climático que cada vez es más frecuente e intenso, tal es el caso, por ejemplo, de lluvias abundantes que causan inundaciones, sequías, olas de calor, huracanes, etc.
Este tipo de riesgo climático no solo impacta a los bancos o entidades financieras, sino que involucra tanto a las personas como a las empresas, porque todos al final estamos expuestos y, por ende, nuestra calidad de vida se puede ver afectada.
De los diez riesgos más relevantes según el Foro Económico Mundial, hay seis de ellos que están asociados al tema climático, tal es el caso del fracaso en la reducción y adaptación al cambio climático, los desastres naturales y eventos climáticos extremos, la pérdida de biodiversidad y destrucción de ecosistemas, la crisis de recursos naturales, así como los incidentes de daños ambientales a gran escala. Si se hace un “zoom in”, otros riesgos de la lista podrían estar indirectamente relacionados con los efectos generados en temáticas medioambientales.
Por su parte, para el 2030 el Banco Mundial estima que unos 90 millones de personas en África podrían caer en la pobreza como resultado directo del cambio climático, asociado con el aumento en las sequías e inundaciones que provoca la disminución de cultivos y la producción.
En Asia las inundaciones y sequías afectan la seguridad alimentaria, asimismo, el incremento en el nivel del mar influye en las zonas costeras, lo que repercute en acrecentar el desplazamiento de miles de personas.
Mientras que, en Europa, el número de inundaciones reporta un crecimiento de un 15%, la cantidad de días de calor extremo en la zona se ha duplicado y el impacto estimado es de 4.000 millones de euros por año debido a las inundaciones.
Realidad en Costa Rica
Pero Costa Rica tampoco escapa de esta realidad, la temperatura en el país incrementa y los patrones de lluvias cambian de forma significativa en las últimas décadas, lo que afecta la agricultura, además de la disponibilidad del agua. Por citar un ejemplo, en el 2016 el Huracán Otto generó pérdidas al país por más de 30.000 millones de colones en el sector agrícola, según estimaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Es por esta razón, que el Comité de Supervisión de Basilea, el Banco Central Europeo (BCE) y otros organismos internacionales reconocen que los perjuicios provocados por el cambio climático están afectando significativamente al sistema financiero, lo que crea la inminente necesidad de que los bancos implementen un enfoque integral prospectivo, así como estratégico frente a los riesgos relacionados con el clima.
¿Qué hace el Banco Nacional ante el riesgo climático?
Si bien no existe una normativa que demande la aplicación de pruebas de resistencia climática en el país, el BN es una entidad pionera y referente en este tema a nivel nacional, ya que desde hace algunos años dispone de un Marco de Gestión de Riesgo ASG (ambiental, social y gobierno corporativo) y de una Metodología de Pruebas de Estrés por Riesgo Climático, cuyos resultados se incluyeron como un escenario adicional en las pruebas de resistencia regulatorias BUST (Bottom-Up Stress Test) que anualmente lleva a cabo la Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF).
La gestión proactiva del Banco en este tema nos permite anticipar y cuantificar el impacto de los eventos climáticos que afectan nuestra cartera crediticia, y al mismo tiempo continuamos con el resguardo de la solvencia económica que nos caracteriza.
Esto nos facilita poder identificar los sectores y zonas más vulnerables o susceptibles a los riesgos climáticos en nuestro territorio nacional, también podemos valorar los riesgos climáticos que pueden generar deterioros en las garantías que respaldan los créditos que otorgamos. Este sistema de trabajo nos ayuda a visualizar la afectación en los ingresos o gastos de los deudores y su impacto en la capacidad de atención de sus compromisos financieros.
Para el BN es determinante comprender, ¿cuáles son los riesgos a los que se exponen y que necesidades tienen nuestros clientes?, con el fin de poder acompañarlos y procurar la sostenibilidad en el largo plazo.
Desde el Banco Nacional promovemos negocios con impactos positivos para el ambiente, e invitamos a otras organizaciones y personas a tomar acciones concretas y que se sumen también a incentivar un cambio hacia una economía más verde, que nos permita un futuro más humano, cercano y sostenible para todos.