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FORO DE LECTORES


La transformación digital es humana

Andrea Cavallari acavalla@redhat.com | Jueves 17 junio, 2021

Andrea Cavallini

Desde hace muchas décadas, la tecnología se ha vuelto imprescindible para todos los sectores de negocio, de hecho, la transformación digital es ahora uno de los pilares más importantes dentro de las empresas. Proyecciones de la IDC muestran que, en 2023, el 75 % de las organizaciones tendrán esquemas amplios de implementación de la transformación digital, contra el 27 % reportado, actualmente.

El crecimiento ocurre tanto dentro de las grandes compañías, como entre los pequeños emprendedores, muchos de los cuales han surgido en medio de la pandemia. De hecho, la pandemia de COVID-19 aceleró los planes quinquenales de transformación digital de dos a tres años, en muchas compañías, según datos de la encuesta realizada por PwC en 44 países.

Todos han comprendido que necesitan ser digitales para adecuarse a una nueva realidad, la cual se centra en la hiperconexión y en el crecimiento constante del consumo de servicios y productos en línea. No obstante, muchos aún no han sido capaces de entender y aplicar en la práctica lo que significa ser digital.

De hecho, muchas organizaciones han fallado porque dejaron de lado un punto fundamental para este cambio: el factor humano. "A primera vista, puede parecer curioso, pero la transformación digital y la innovación están directamente relacionadas con una profunda transformación humana.

Precisamente, en su reciente publicación, It’s Not a Digital Transformation without a Digital Culture, la consultora Boston Consulting Group afirma que al igual que cualquier cambio importante, "la transformación digital requiere que se introduzca una cultura que apoye el cambio y, al mismo tiempo, facilite la estrategia global de negocios de la empresa".

Cultura digital

Propiamente dicha, la transformación digital abarca un concepto mucho más amplio que solo la adopción de tecnologías de punta o la realización de todas las operaciones en un entorno remoto. Engloba una combinación de elementos que pasa por la integración de tecnologías, personas y procesos. Es decir, a pesar de ser digital, como su nombre lo indica, esta transformación debe ser profunda y estar directamente vinculada a los cambios en la cultura de las empresas.

Aunque este shift de pensamientos y conducta parezca sencillo, la realidad es más compleja: a principios de este 2021, una encuesta realizada por Red Hat mostró que el 27 % de las compañías consultadas consideran el cambio cultural, como una parte importante de la transformación digital; sin embargo, tan solo el 6% de ellas han trabajado este tema, como una prioridad en sus acciones dentro de este ámbito.

El obstáculo principal involucra una cultura organizacional cerrada, jerarquizada y no inclusiva, en la cual no existe el compromiso de los colaboradores ni el respaldo de los ejecutivos. Hace falta centrarse en la transformación humana y compartir un propósito en común. Ante este panorama, la cultura abierta es una respuesta efectiva y adecuada. Basada en la colaboración, es el punto de partida para el surgimiento de nuevas ideas, que generen experimentación e innovación constante.

De hecho, el factor humano más la cultura abierta fomentan la innovación porque abren espacios para que todos tengan voz y aporten sugerencias. Intentar algo nuevo, equivocarse rápido y reajustar el rumbo dinámicamente (fail fast, recover quickly) provocan que nuevas funcionalidades, nuevos productos e ideas se vuelvan realidad más rápido.

Un ejemplo de ello es la tendencia a usar prácticas de Agile o DevOps (o DevSecOps), además de adoptar las tecnologías, como "cloud" y "containers", siempre relacionadas con los procesos de transformación de las empresas. El denominador común es el cambio en el modo de trabajo, el cual debe ser cada vez más colaborativo y estar dispuesto a adaptarse a los cambios.

Al fin y al cabo, no sirve de nada adoptar tecnologías emergentes y de moda, si las personas y los procesos no logran ajustarse al dinamismo que ellas traen.

Al final del camino, se deben considerar una serie de factores para medir si la transformación digital avanza en una compañía: la satisfacción del cliente; el involucramiento de los equipos y la aceptación de los asociados; verificar el nivel de las habilidades que se están desarrollando para lidiar con las nuevas tecnologías y, finalmente, la percepción de valor y los beneficios aportados al negocio, especialmente, en los sectores "menos innovadores" de la compañía.

Observe su empresa, sus clientes y aliados y trate de percibir si los líderes colocan a las personas en el centro de la transformación digital. Esta es una señal positiva de que se está tomando el camino correcto.






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