Interés presidencial 2026 y temor a ser considerados “cogobierno” frenarían alianzas para segunda ronda

José María Figueres del PLN y Rodrigo Chaves de Progreso Social se disputarían la presidencia el domingo 3 de abril sin haber recibido el respaldo político de ninguna otra fuerza mayoritaria, según varios analistas consultados por LA REPÚBLICA.

Ser percibidos como un cogobierno y los posibles intereses presidenciales de algunos líderes políticos para el 2026, harían que el Frente Amplio, Nueva República y el Partido Liberal Progresista desistan de comprometerse con alguno de los dos candidatos para el desempate electoral.

Lea más: Sorpresiva elección pone a Rodrigo Chaves en segunda ronda contra José María Figueres

Esta semana, la Unidad tomó ese camino al declararse “neutral” y advertir a sus dirigentes que perderían su militancia, en caso de apoyar a alguno de los dos políticos de manera pública para el balotaje.

De momento, los otros partidos han dicho que escucharán a su dirigencia para tomar una decisión en las próximas semanas; sin embargo, desde ya se palpa cierto recelo por las dificultades que vivió la Unidad por la etiqueta de “cogobierno” en esta administración de Carlos Alvarado .

“Veamos los casos específicos de Nueva República y Liberal Progresista. Se trata de dos agrupaciones nuevas, cuyos líderes Fabricio Alvarado y Eli Feinzaig son diputados electos y que posiblemente tienen aspiraciones para 2026, por lo que uno entendería que no sería una idea prudente dar el respaldo político a uno de los candidatos en segunda ronda”, dijo Sergio Araya, analista independiente.

Por otra parte, la falta de una cultura política de negociaciones entre partidos, muy común en regímenes parlamentarios, haría que en Costa Rica este tipo de acuerdos se vean como alianzas para repartirse puestos y no para fomentar grandes acuerdos nacionales.

Lea más: Rodrigo Chaves 49%, José María Figueres 33%, según Opol Consultores

“Los partidos tratarán de mantener su identidad y no desdibujarse en alianzas entre la primera y la segunda ronda, sobre todo, porque la percepción de los costarricenses, por falta de cultura política, es que este tipo de acuerdos lo que buscan es repartirse puestos; es decir, estos acuerdos no son bien recibidos. Al PUSC, que tuvo a varios de sus dirigentes en el gobierno PAC, le costó mucho desligarse de la etiqueta de cogobierno”, agregó Araya.

A ello, habría que sumarle que tanto Chaves como Figueres son percibidos como “tóxicos” por un escándalo sexual y una denuncia de falta de transparencia respectivamente.

En ese sentido, costaría pensar que el Frente Amplio, que es un partido progresista, defensor de los derechos humanos y que tiene al tema mujer como una de sus banderas políticas, le dé el apoyo a Chaves, además que durante toda la campaña presidencial, José María Villalta, candidato del Frente, fue un crítico severo de la supuesta falta de transparencia del PLN y de Figueres.

Ante esta situación, lo que prevalecería serían acuerdos de carácter legislativo, los cuales, se empezarían a discutir antes de la segunda ronda, pero que se concretarían a partir de mayo, indicó Vladimir de la Cruz, analista y columnista de LA REPÚBLICA.

“Todo parece indicar que los votantes van a quedar a la libre (…) Hacer eso es una irresponsabilidad política, porque Costa Rica vive momentos delicados; sin embargo, eso parece que será la realidad, ya que es cierto que hay un costo de oportunidad para los partidos, aunque no haya nada de cogobierno con solo apoyar a alguien”, dijo de la Cruz.