Es que en ocasiones la bola “no quiere entrar”

Con Andrés Carevic como técnico, el Alajuelense ha jugado muchos partidos como el del sábado, cuando golearon al Herediano 4-0.

Y, jugando igual, los ha empatado, los ha perdido e incluso, jugando así, perdió finales por el título.

El asunto se resume en algo muy sencillo.

Hay partidos donde la bola “no quiere entrar” y otros, “donde entra sola”.

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Varios técnicos que enfrentan a la Liga de Carevic, lo califican como un equipo previsible y aunque el estratega manudo se molesta a lo interno, sus “detractores” no dejan de tener razón.

El Alajuelense de Andrés Carevic, desde sus primeros juegos en el 2020, se caracterizó por ser un equipo ofensivo, formado más para atacar que para defender y con grietas defensivas que los rivales han sabido aprovechar para quitarle puntos y hasta títulos, sumados yerros en su zona de retaguardia incluyendo la portería, infantiles e inesperados.

Pocos deberían sorprenderse al ver a este Alajuelense aplastar al Herediano, con ataques verticales, punzantes, veloces por los costados, hoy con Carlos Mora, Josimar Alcócer, Freddy Góndola y en el 2020 y 2021 con Ariel Lassiter y Alonso Martínez, ahora legionarios.

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El tercer gol de la Liga frente al Team, fue un remate de zurda de Aaron Suárez, que no pudo desviar el portero Bryan Segura lanzándose a su izquierda.

Para quienes tienen buena memoria, el mismo Suárez ha rematado unas siete o nueve ocasiones en situaciones idénticas, frente al marco rival, pero el balón sale desviado.

Entonces, Alajuelense volvió a jugar muy bien, pero esta vez todo le salió. En otros partidos, incluyendo un par de finales por el título, jugó igual que este sábado frente al Herediano, pero la bola no quiso entrar.

¿Recuerdan aquel remate de Allen Guevara que pegó en el poste, minuto antes de que Yendrick Ruiz anotara en tiempos extra el gol que le dio el título al Herediano?

Todo pinta y proyecta a que el León será semifinalista del Clausura. La interrogante se gesta en esperar para conocer cómo le podrá ir a la hora de las confrontaciones decisivas.

Recientemente, en este mismo Torneo, la zona ofensiva del Alajuelense solo pudo meter un gol en 180 minutos. Empató 0-0 con Guanacasteca y 1-1 con Saprissa, en un clásico donde “la bola no quiso entrar” para las huestes de Carevic.

Entonces, si Alajuelense quiere la corona, tendrá que ser contundente a la hora buena, y esa hora buena es el juego final por el título.

gpandolfo@larepublica.net