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Costa Rica: ¿Una metáfora del conformismo en el fútbol y la política?

Natiuska Traña natiuskatp@gmail.com | Jueves 29 junio, 2023


En Costa Rica, el fútbol es considerado el deporte nacional, capaz de unir a toda una nación y despertar pasiones desbordantes. Sin embargo, en los últimos tiempos, la selección nacional de fútbol ha experimentado un declive en su rendimiento, lo que ha generado frustración y desilusión entre los aficionados. Sorprendentemente, tanto el rendimiento de la selección nacional en los torneos internacionales, como el desempeño de los políticos en el gobierno tienen un impacto significativo en el estado de ánimo del país y más aún la política, que define la forma en que se manejan y se resuelven los conflictos y la problemática económica que nos impacta a todos.

Veamos el espejo del fútbol, donde la selección nacional, que alguna vez fue reconocida por su espíritu combativo y logros destacados, parece haber perdido su brillo. Ahora, solamente es un recuerdo, el histórico avance a los cuartos de final en el Mundial de Brasil 2014, donde el país se llenó de orgullo y alegría.

Volviendo al 2023 y a lo largo de los últimos torneos internacionales, los ticos han tenido un desempeño desalentador, quedando fuera de las fases finales y mostrando una falta de ambición en el campo de juego.

Y no me tomen a mal el comentario, pero ver a los jugadores más reconocidos del mundial de Brasil de 2014, caminar en la cancha o callar a la afición por manifestar su descontento ante la falta de compromiso para dar la milla extra en la cancha, denota conformismo y falta de compromiso que hace que la decepción se apodere de los aficionados.

Tanto en el fútbol como en la política, el conformismo puede convertirse en un obstáculo para el crecimiento y la mejora. Y entre la crisis económica y los circos mediáticos que se dan en la Asamblea Legislativa, parece haberse instalado una mentalidad de conformidad con los resultados mediocres, sin buscar cambios significativos ni apostar por la innovación en el “juego”. Tenemos lo mismo de siempre, parece que todos los costarricenses estamos atrapados con algunos líderes y partidos que parecen contentarse con mantener el statu quo, sin abordar los problemas urgentes ni buscar soluciones efectivas. Los costarricenses buscamos líderes que inspiren, que luchen por el éxito y que representen los valores de la nación. Cuando estos líderes no cumplen con esas expectativas, se genera frustración y apatía en la sociedad.

En el fútbol, se extrañan figuras carismáticas capaces de motivar al equipo y guiarlo hacia la excelencia. En la política, la falta de liderazgo ha llevado a la inestabilidad y la falta de dirección clara en la toma de decisiones.

A pesar de las similitudes desalentadoras, tanto en el fútbol como en la política, hay una chispa de esperanza: la pasión de los aficionados y los ciudadanos. Los costarricenses son conocidos por su fervor y apoyo incondicional a la selección nacional, y esta misma pasión puede extenderse a la arena política. Si los ciudadanos demostramos una mayor participación y exigimos cambios, tanto en el fútbol como en la política, podríamos presenciar una transformación positiva en ambos ámbitos.

Actualmente, en la arena política, existe un claro desenfoque de los temas urgentes que requieren soluciones inmediatas, como la desigualdad social y económica, que se vuelve cada vez más grande; el secretismo, falta de transparencia que erosiona la confianza en las instituciones y la falta de rendición de cuentas sobre la gestión pública de los impuestos que pagamos todos, los que nos deja como espectadores sin poder hacer nada más que quejarnos como una “afición” ante la falta de medios para exigir el cambio.

Ambos fenómenos generan desilusión y frustración en los costarricenses, pero también abren una ventana de oportunidad para el cambio. Si se aborda con determinación la falta de liderazgo, la mentalidad conformista y se fomenta una participación ciudadana activa, Costa Rica podría encontrar el camino hacia el éxito tanto en el fútbol como en la política.

Es hora de romper la racha de partidos sin victorias y construir un futuro prometedor para el país, antes de que la “afición” escuche otras voces que prometen soluciones milagrosas inmediatas, una lucha frontal contra este flagelo político y esto genere que las próximas elecciones se vean capitalizadas por movimientos radicales que se distancian de la social democracia y de los principios de libertades individuales y económicas.

Los líderes son importantes para guiar el cambio en los temas de fondo que lo requieren y para eso se necesita planificación de mediano y de largo plazo, algo de lo cual carece el fútbol de la selección y los partidos políticos, que parecen no tener claro su pensamiento, estrategia, ni sus objetivos para ganar los “partidos” en la cancha.

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