Comportamiento del mercado residencial en el primer semestre del 2020 y perspectivas a futuro

Este primer semestre del año ha sido sin duda uno de los más disruptivos en el sector productivo de nuestro país, y en particular en el inmobiliario. La crisis global, tan atípica, ha tomado por sorpresa a los distintos actores del sector y nos ha obligado a realizar cambios rápidos y determinantes en las organizaciones.

Concretamente el subsector residencial de vivienda primaria presentaba en un ciclo recesivo, ya que la demanda venía disminuyendo desde primer trimestre del 2017. La demanda del 2018 disminuyó en un 22% vs el 2017; y la del 2019 disminuyó un 25%. Sin embargo, la curva del 2019 fue mejorando en los dos últimos trimestres.

En el 2020, el primer trimestre fue el más alto en los últimos 10 trimestres; sin embargo, el segundo semestre cayó un 6.9% vs el mismo período del año anterior. La proyección para este segundo semestre, va a depender de muchos factores, en particular de la gradualidad de la apertura, así como del aumento en el índice de confianza del consumidor asociado a la estabilidad de su ingreso y capacidad de compra.

De cara a los retos actuales, los distintos actores han desarrollado nuevas estrategias de comunicación, de flexibilización de precios, y también de colaboración con el objetivo de dinamizar la industria. En este sentido, la transformación de los modelos de negocios a través de la tecnología y la innovación digital, ha dado pasos agigantados en los últimos meses

En todo caso, se considera que el subsector residencial posiblemente va a ser de los primeros en recuperarse. Vemos que existe una demanda orgánica que ha estado “sostenida”, principalmente en los niveles socioeconómicos AB y C1. De hecho, existe un déficit cuantitativo y cualitativo de viviendas en dichos niveles. La vivienda al ser un bien duradero siempre es una buena opción de inversión. Y adicionalmente, con las nuevas tendencias de teletrabajo, se está volviendo a valorar más tener espacios adecuados para laborar desde nuestros hogares.

Al igual que con el resto de los sectores de nuestra economía, es vital la reactivación y el poder volver a tomar la tendencia creciente antes del Covid. Para logar el dinamismo deseado se requiere aún más integración entre los diferentes “stakeholders” de la industria: desarrolladores, instituciones financieras, sector público, etc. Evidentemente, va a ser necesario en gran medida, volver a tener estabilidad laboral y de generación de ingresos en los hogares costarricenses

Todo esto va permitir cumplir un deseo, que es parte de nuestra idiosincrasia: el de tener casa propia.