Aumenta el peligro de recesión en EE.UU.
| Miércoles 05 septiembre, 2007
Aumenta el peligro de recesión en EEUU
Washington -- Las dificultades creadas por el encarecimiento de los préstamos pueden estar propagándose, al seguir consumidores y empresas los pasos de los inversionistas en rehuir el riesgo, lo que aumenta la posibilidad de que haya una recesión.
“Si bien no hay base para predecir una recesión ahora mismo, los riesgos ciertamente han subido”, dice el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Lawrence Summers, ahora profesor de la Universidad de Harvard. “La combinación de la debilidad del sector de la vivienda, las contracciones del crédito, el aumento de la incertidumbre y la volatilidad y las pérdidas de dinero acrecienta mucho la posibilidad”.
Los economistas de las casa de bolsa JPMorgan Chase & Co., Lehman Brothers Holdings Inc. y Merrill Lynch & Co. se encuentran entre los que han bajado los pronósticos económicos conforme el encarecimiento del crédito prolonga la peor recesión de la vivienda en 16 años. En la actualidad, dos sectores de la economía que se habían mantenido firmes, el empleo y el gasto del consumidor, han dejado de parecer inmunes a las repercusiones.
La turbulencia financiera ya ha hecho mella en la confianza de consumidores y empresas, según sondeos llevados a cabo en agosto. Wal-Mart Stores Inc., la mayor empresa de comercio minorista del mundo, redujo su pronóstico de beneficios para el conjunto de este año. Las compañías de servicios financieros, entre ellas SunTrust Banks Inc., del estado de Atlanta, anunciaron que planean eliminar miles de empleos.
En tanto los informes muestran que el tercer trimestre de este año ha tenido un comienzo pujante, los economistas estarán pendientes esta semana a los informes estadounidenses de agosto sobre empleos y ventas de automóviles, para ver si el gasto y el mercado de empleos pudieran seguir a la vivienda en dar un bajón.
“Le estamos tomando el pulso a la economía un poco más frecuentemente”, dice Jonathan Basile, economista de Credit Suisse Holdings en Nueva York. “Si las repercusiones de la contracción del crédito llegaran a los automóviles, éste sería el segundo sector importante en caer, y consolidaría el gran temor que hay en los mercados”.
Numerosos analistas han instado al presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben S. Bernanke, a que baje las tasas de interés este mes, tras haber dicho el banco central el 17 de agosto que “los riesgos de un descenso de la tasa de crecimiento han aumentado considerablemente”. La operación de contratos de futuros muestra que los inversionistas están apostando a que la Fed baje su tasa de interés de referencia al menos un cuarto de punto porcentual, a 5%, en su junta de política monetaria el 18 de septiembre.
La Fed “sigue estudiando la situación y tomará las medidas que corresponda para limitar los efectos adversos a la economía en general que puedan surgir de las perturbaciones en los mercados financieros”, dijo Bernanke en el simposio anual de la Fed de Kansas City en Jackson Hole, estado de Wyoming, el 31 de agosto.
La confianza es un elemento muy importante en sectores clave de la economía. Si los consumidores y las empresas se tornan más pesimistas sobre la perspectiva económica y reducen sus gastos, este desaliento puede dar lugar a una recesión.
El súbito descenso de la confianza del consumidor al final del año 2000, sumado a la contracción de la actividad fabril y al menor importe de ventas de automóviles en dos años, sentaron las bases para la última recesión estadounidense, que dio comienzo en marzo del 2001.
Los augurios no son muy alentadores. Un índice de la confianza empresarial internacional, compilado por Moody's Economy.com, descendió a fines de agosto a su nivel más bajo desde mediados del 2003, el año en que Estados Unidos invadió Irak.
Los consumidores también están dando señas de haberse asustado con la turbulencia en los mercados financieros. La confianza del consumidor de Estados Unidos tuvo el mes pasado su peor caída desde que el huracán Katrina azotó la costa estadounidense del golfo de México hace dos años, según el Conference Board, un grupo privado de estudios económicos.
“Creo que hay un riesgo significativo de una recesión”, dice Martin Feldstein, presidente del National Bureau of Economic Research (oficina nacional de investigaciones económicas), el árbitro extraoficial de cuándo empiezan y terminan las recesiones en Estados Unidos.
“El consumidor gastará menos. Los últimos números de la confianza del consumidor denotan un descenso. Esto se va a reforzar con todo lo que sucede en el mercado de la vivienda”, dijo Feldstein.
Washington -- Las dificultades creadas por el encarecimiento de los préstamos pueden estar propagándose, al seguir consumidores y empresas los pasos de los inversionistas en rehuir el riesgo, lo que aumenta la posibilidad de que haya una recesión.
“Si bien no hay base para predecir una recesión ahora mismo, los riesgos ciertamente han subido”, dice el ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Lawrence Summers, ahora profesor de la Universidad de Harvard. “La combinación de la debilidad del sector de la vivienda, las contracciones del crédito, el aumento de la incertidumbre y la volatilidad y las pérdidas de dinero acrecienta mucho la posibilidad”.
Los economistas de las casa de bolsa JPMorgan Chase & Co., Lehman Brothers Holdings Inc. y Merrill Lynch & Co. se encuentran entre los que han bajado los pronósticos económicos conforme el encarecimiento del crédito prolonga la peor recesión de la vivienda en 16 años. En la actualidad, dos sectores de la economía que se habían mantenido firmes, el empleo y el gasto del consumidor, han dejado de parecer inmunes a las repercusiones.
La turbulencia financiera ya ha hecho mella en la confianza de consumidores y empresas, según sondeos llevados a cabo en agosto. Wal-Mart Stores Inc., la mayor empresa de comercio minorista del mundo, redujo su pronóstico de beneficios para el conjunto de este año. Las compañías de servicios financieros, entre ellas SunTrust Banks Inc., del estado de Atlanta, anunciaron que planean eliminar miles de empleos.
En tanto los informes muestran que el tercer trimestre de este año ha tenido un comienzo pujante, los economistas estarán pendientes esta semana a los informes estadounidenses de agosto sobre empleos y ventas de automóviles, para ver si el gasto y el mercado de empleos pudieran seguir a la vivienda en dar un bajón.
“Le estamos tomando el pulso a la economía un poco más frecuentemente”, dice Jonathan Basile, economista de Credit Suisse Holdings en Nueva York. “Si las repercusiones de la contracción del crédito llegaran a los automóviles, éste sería el segundo sector importante en caer, y consolidaría el gran temor que hay en los mercados”.
Numerosos analistas han instado al presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben S. Bernanke, a que baje las tasas de interés este mes, tras haber dicho el banco central el 17 de agosto que “los riesgos de un descenso de la tasa de crecimiento han aumentado considerablemente”. La operación de contratos de futuros muestra que los inversionistas están apostando a que la Fed baje su tasa de interés de referencia al menos un cuarto de punto porcentual, a 5%, en su junta de política monetaria el 18 de septiembre.
La Fed “sigue estudiando la situación y tomará las medidas que corresponda para limitar los efectos adversos a la economía en general que puedan surgir de las perturbaciones en los mercados financieros”, dijo Bernanke en el simposio anual de la Fed de Kansas City en Jackson Hole, estado de Wyoming, el 31 de agosto.
La confianza es un elemento muy importante en sectores clave de la economía. Si los consumidores y las empresas se tornan más pesimistas sobre la perspectiva económica y reducen sus gastos, este desaliento puede dar lugar a una recesión.
El súbito descenso de la confianza del consumidor al final del año 2000, sumado a la contracción de la actividad fabril y al menor importe de ventas de automóviles en dos años, sentaron las bases para la última recesión estadounidense, que dio comienzo en marzo del 2001.
Los augurios no son muy alentadores. Un índice de la confianza empresarial internacional, compilado por Moody's Economy.com, descendió a fines de agosto a su nivel más bajo desde mediados del 2003, el año en que Estados Unidos invadió Irak.
Los consumidores también están dando señas de haberse asustado con la turbulencia en los mercados financieros. La confianza del consumidor de Estados Unidos tuvo el mes pasado su peor caída desde que el huracán Katrina azotó la costa estadounidense del golfo de México hace dos años, según el Conference Board, un grupo privado de estudios económicos.
“Creo que hay un riesgo significativo de una recesión”, dice Martin Feldstein, presidente del National Bureau of Economic Research (oficina nacional de investigaciones económicas), el árbitro extraoficial de cuándo empiezan y terminan las recesiones en Estados Unidos.
“El consumidor gastará menos. Los últimos números de la confianza del consumidor denotan un descenso. Esto se va a reforzar con todo lo que sucede en el mercado de la vivienda”, dijo Feldstein.