Inversionistas asumirían ampliación de la obra

Ruta 27 sería buen negocio para fondos

Carretera debe ampliarse a cuatro carriles


Los fondos especialmente de pensiones podrían obtener rendimientos atractivos al invertir en la ruta 27, cuya ampliación debe iniciarse antes de que concluya la presente administración.
El gobierno ayer inició las gestiones para lograrlo, ya sea con el aporte de capital de Globalvia, actual concesionario, o de preferencia inversionistas costarricenses.
Si fuera el caso de que lo haga la empresa, sería cuestión de definir un plan de financiamiento, incluso la forma de cancelar la inversión, sea por un peaje mayor o una extensión de la concesión, que de otra forma vencería en 2033.
Otra opción tendría que ver con la adquisición de parte del Estado de las acciones de la carretera, si eso fuera aceptable para ambas partes.
Si fuera así, una de las propuestas del financiamiento sería que inversionistas institucionales, a través del mercado de valores, puedan participar en el negocio sea por medio de la figura del fideicomiso, o manteniendo la concesión en este caso el propio Estado.
La participación de los inversionistas institucionales en proyectos de obra pública ha sido uno de los temas de interés de la presente administración, ya que permitiría movilizar millones que manejan estos fondos en la inversión pública.
A cambio, los fondos obtendrían un rendimiento potencialmente mayor al que reciben actualmente por títulos valores.
Se trata de una inversión de largo plazo, lo que es conveniente para los fondos que manejan los recursos de miles de costarricenses.
En su conjunto, los fondos de pensiones administran alrededor de $6 mil millones, mientras que la ruta 27 tiene un valor de unos $260 millones, de los cuales la concesionaria ya recuperó aproximadamente el 50%.
La ampliación tendría un valor estimado de $400 millones. Esto incluiría que haya al menos cuatro carriles en todo el recorrido, puentes gemelos al lado de las estructuras actuales y ampliar las zonas donde existen los taludes con el fin de minimizar el riesgo de derrumbes.

Rodrigo Díaz
rdiaz@larepublica.net