Conviviendo con el “dólar argentino”
EFE | Lunes 29 abril, 2013
Conviviendo con el “dólar argentino”
Al comprar dólares en Argentina existen tres precios diferentes ARCHIVO/LA REPUBLICA
Pensar en dólares viviendo en Argentina es un ejercicio que resulta complicado y confuso. Como periodista estoy en contacto con gente muy diversa y, cada vez que surge la necesidad de hablar sobre esa moneda, queda en el aire la impresión de que nadie entiende bien qué sucede. Ni cuánto vale la conversión a pesos argentinos, ni qué cantidad se puede comprar, ni mucho menos cuál será su valor en un futuro cercano.Actualmente convivimos con tres tipos de cotizaciones. La primera corresponde al cambio según el valor oficial del Banco de la Nación Argentina, la segunda incluye el impuesto a las compras realizadas en el exterior mediante tarjetas de crédito y la tercera es la del mercado ilegal, dado a conocer por la prensa como “dólar blue”.
En la práctica, y tomando como referencia la cotización de este lunes, los valores promedios vigentes son los siguientes:
1) Dólar oficial = 5,14$
2) Dólar + 20% impuesto a tarjetas de crédito = 6,17$
3) Dólar blue = 8,63$ (fuente Diario El Cronista, la relación es mayor al 60% del valor oficial)
¿Pero cómo afectan tantas variables dentro de nuestra vida diaria? A fin de no generalizar voy a compartir una situación propia y pequeña, un caso de microeconomía extrema que sin embargo no deja de ser complejo.
Para mi cámara fotográfica preciso una batería marca Nikon que en Argentina no se fabrica. Hasta hace algunos meses podría comprarlas en Buenos Aires pero ya no es posible, porque en la casa central de Nikon no tienen stock, las restricciones vigentes a las importaciones han provocado un continuo faltante de unidades.
Entonces para alimentar mi cámara, otra de mis opciones es comprarla en el exterior, quizás Ebay o alguna tienda china, pero deberé asumir el incremento del 20% si lo pago con mi tarjeta de crédito. Pero si quiero evitar ese costo, y además obtener la seguridad de recibir el producto en mano, me quedará la alternativa de seguir buscando stock en otro negocio local, dedicado a la venta de artículos importados. En el supuesto de que lo encuentre, lo que sigue debería ser sencillo, me presento con el dinero y compro la batería pero la realidad indica que no lo será tanto.
Si el comerciante decide vender el producto en dólares, argumentando que él también lo compra así, tendré sortear las prohibiciones que hay para adquirir la moneda extranjera y elegir algunas de las pocas alternativas legales que quedan para hacerlo. Realmente no son muchas, debería, por ejemplo, viajar hasta Uruguay para comprarlos como lo detalla otro periodista en una publicación reciente.
Pero si el importador accede a venderme la batería Nikon en pesos argentinos, lo más probable es que él calcule su precio según la cotización blue. Son muchos los comercios que lo calculan así, generando un aumento de precios considerable, un 60% por encima del valor del cambio oficial.
Lo expuesto es una situación real, pequeña, corresponde nada más que a una batería Nikon, que, aunque en este contexto seguramente resulta más cara de lo habitual, no deja de ser un producto económico. Pero al pensar en productos de mayor complejidad, insumos o elementos que se necesitan para poder trabajar, debemos regresar a todas estas variables, e interpretar que la devaluación actual también incluye al dólar blue. A ese valor exorbitante en relación con el cambio oficial.
Sumando además las restricciones a las importaciones y a las dificultades para comprar dólares, la situación económica del país se interpreta tan complicada como confusa. Al menos esa es mi visión y la que me manifiestan otros coterráneos, mientras todos tratamos de “surfear” estos vaivenes y nos adaptamos nuevamente a nuestra acostumbrada inestabilidad.
Alejandro Córdoba
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