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Educación tecnológica: reto pendiente

Unas 358 firmas tecnológicas requieren personal capacitado

Reforzar la educación desde niños para que en un futuro escojan carreras tecnológicas y suplan la demanda de trabajo que existe en el país, sería la solución para mejorar la competitividad.

También sería una herramienta para que a nivel de atracción de empresas extranjeras, el país tenga una mejor escala a nivel internacional y resulte más sencillo colocar este tipo de compañías.
Así mismo, la mejora en este aspecto de otros países de la región como Panamá, Uruguay y Chile, Costa Rica empieza a ubicarse en una posición desventajosa con respecto a la formación de profesionales en áreas con mayor valor
En cuanto a la educación tecnológica, esta tiene que impartirse desde muy pequeños en la escuela, con distintos programas y herramientas que los ayuden en un futuro a escoger un trabajo donde se esté necesitando personal.
Ejemplo de ello son las más de 350 empresas del sector de tecnologías que tienen plantas en el país, que requieren personal capacitado en ingenierías y con un excelente manejo del inglés.
Pero para que se pueda suplir esa necesidad de personal, se necesita un cambio de mentalidad en los gobernantes, y generar políticas públicas, encaminadas a mejorar en la formación de los niños y jóvenes, dijo Alicia Avendaño, directora de Gobierno Digital.
Los resultados de un plan de desarrollo TIC no se verán en corto tiempo, sino que se tendrán a largo plazo, pero mejorarán la competitividad del país.
Instituciones como el Micitt, Fonatel, Gobierno Digital y las municipalidades, tienen sus proyectos independientes para disminuir la brecha digital, pero para que esto ocurra, tienen que coordinarse y separar sus responsabilidades.
Por otro lado, el mayor riesgo si no se trabaja en formación TIC, es que países como Uruguay y Chile tienen niveles de formación tecnológica muy alta, y si nuestro país no apunta a estos campos se puede perder la inversión extranjera que ya tenemos, o que estas empresas prefieran esas naciones a la nuestra.

Raquel Rodríguez
rrodriguez@larepublica.net