Una nueva oportunidad para Guatemala
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Miércoles 05 septiembre, 2007
Casi 6 millones de guatemaltecos tienen una cita con las urnas el domingo entrante, para escoger al presidente que guiará su país por un periodo de cuatro años a partir del próximo 14 de enero.
Además del mandatario, Guatemala elegirá a su vicepresidente, a los 158 diputados del Parlamento y a los 332 alcaldes municipales.
En total son 14 los candidatos presidenciales que participan en la contienda, encabezada, según los sondeos de opinión, por el ingeniero Alvaro Colom de la Unidad Nacional de la Esperanza, seguido por el también ingeniero Otto Pérez Molina del Partido Patriota.
Este será el octavo proceso electoral democrático de la nación centroamericana desde que en 1986 reinició su estabilización política.
Lamentablemente la violencia, uno de los más graves problemas de Guatemala, ha marcado la campaña electoral y desde que esta se inició el pasado 2 de mayo se han registrado unos 40 asesinatos.
Mientras algunas de las organizaciones sociales que verifican el proceso aseguran que la actual ha sido la campaña más violenta en los últimos 20 años, el sector empresarial descarta que los hechos se deban a una lucha ideológica partidaria y más bien los atribuyen a grupos del narcotráfico o del crimen organizado.
No obstante, los guatemaltecos deben ser sumamente celosos y cautos ante cualquier hecho que pueda amenazar los logros, que en términos democráticos, han conseguido hasta el momento.
La del próximo domingo será una nueva oportunidad para que Guatemala, maravillosa nación cuna de la civilización maya, rica en cultura e historia, vuelva a saborear la democracia.
No se puede permitir que algo impida este proceso que tanto le ha costado a ese país, el cual tristemente fue sacudido durante varias décadas por regímenes militares que se fueron sucediendo en el poder mediante golpes de Estado y fraudes electorales.
Ni los efectos del huracán Félix, mucho menos los intereses espurios de unos pocos deben arruinar un proceso tan sagrado que orgullosamente celebrarán nuestros vecinos del istmo.
Guatemala se merece seguir creciendo, desarrollando, alcanzando mejores índices sociales y de seguridad que les permitan a sus habitantes disfrutar a plenitud y en igualdad de condiciones una tierra tan generosa.