El tren de carga al Caribe es una necesidad muy grande, igual que hacia el Pacífico

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Tren interoceánico de Costa Rica

Desde 1840 se inicia la construcción del burro-carril, de muy corta duración, pero no fue sino hasta 1857 que se firma el primer contrato ferrocarrilero de nuestra historia. Este transporte surge a finales del siglo XIX con máquinas de vapor con sus fogoneros, las que transportaron grandes cantidades de mercancía y productos industriales.
Algunas máquinas quedan como recuerdo histórico en los patios del Ferrocarril Eléctrico al Pacífico y al Atlántico. En 1871 don Minor Keith, invitado por su tío Henry Meiggs, viene a nuestro país para trabajar en la construcción del ferrocarril de San José a Puerto Limón.
Era un momento en que la economía del país estaba basada en la exportación del café. Para entonces no existía el Canal de Panamá.
En 1895 el Congreso autoriza la construcción del Ferrocarril al Pacífico que se terminó en 1910. La historia del ferrocarril en Costa Rica es preciosa y por respeto a ella, el tren no puede desaparecer.
Ahora llama la atención que el ICE construye una represa que podría inundar la vía férrea entre Siquirres y Turrialba en una distancia de 10 kilómetros. Lógicamente, el Instituto de Electricidad ya ha tomado las alternativas para un nuevo trazado de la vía y el INCOFER estará vigilante para que esto se cumpla a cualquier precio.
El tren de carga al Caribe es una necesidad muy grande, igual al Pacífico, si tomamos en cuenta lo que el Estado pueda ahorrar no solo en compra de combustibles, sino en gastos de salud, porque la contaminación sería mucho menor al sacar de las carreteras a los furgones, que además representan un riesgo por las altas velocidades a las que circulan a todas horas del día y la noche.
Son también los responsables de las presas que se forman en las ciudades y pueblos.
No hace mucho tiempo, con la construcción de la autopista San José Caldera, se falseo un trecho de la vía del tren, que por suerte ya está reparado.
El tren ha comenzado a ser reactivado en todo el país con un costo mucho menor debido a que el derecho de vía existe. Quien lo haya invadido tiene que irse, no le queda otra. El derecho de vía no se pierde ni siquiera por la importancia de la obra que realiza el ICE.
Además, hay soluciones como un diseño vía que pase al lado del nuevo lago. Me parece que tanto el ICE como el INCOFER podrán ponerse de acuerdo para no afectar los intereses del país. El ICE invierte en esta obra más de $1.500 millones de dólares y para esta Institución tener el ferrocarril al lado sería de grandes beneficios.
Recordemos que en un inicio el burro-carril al Pacífico avanzaba a dos kilómetros por hora pero ahora con los trenes modernos la velocidad es de más de 60 Kilómetros por hora entre montañas, llanos y ríos. El pito del tren rompió el silencio de ayer…

José Eliseo Valverde Monge

Médico