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INVERSIONISTA


Sin rumbo

Rafael Luna rluna@consortiumlegal.com | Lunes 09 mayo, 2016




Para quienes esperan que con la aprobación del proyecto de Fraude Fiscal se inicie una recuperación de la recaudación y se mejore el plano fiscal del país, pueden esperar sentados.
Los mayores contribuyentes de este país, es decir las grandes empresas ya tienen toda suerte de controles e incluso ya proporcionan información de sus accionistas. Pero el registro de accionistas que se propone es para cualquier sociedad, no solo para las grandes y es ahí donde se percibe que va a haber mayor incumplimiento cuando se trate de sociedades pasivas.
El resultado de una mayor recaudación podría darse, pero como efecto del incumplimiento de obligaciones informativas a través de sanciones, no de la capacidad económica de los contribuyentes, que es en lo que se basan los impuestos.
Hay tres condiciones necesarias para arreglar el tema fiscal en nuestro país.
La primera es un sistema tributario robusto y ejecutable.
La segunda la expansión económica, pues sin ella no se genera riqueza y por ende el pago de impuestos.
Y la tercera y más importante es la percepción de la población de que los impuestos que se pagan sirven para algo.
Creo, sin temor a equivocarme, que en Costa Rica no cumplimos ninguna de los tres.
En relación al sistema tributario, simple y llanamente hay que decir que tenemos una legislación tercermundista.
Estamos a punta de parches y el proyecto de Fraude Fiscal es un vivo ejemplo. En relación con los proyectos de Renta e IVA más de lo mismo. Siguen manteniéndose incongruencias e inequidades substanciales que nadie ataja. Si se aprueban los proyectos presentados, las leyes tendrán artículos bis, ter, quarter y siga adelante.
La materia ya es bastante complicada como para que ni siquiera tenga una coherencia y estructura entendible.
Sobre la expansión económica es una tarea que le compete al país como un todo, pero nuestro entorno tributario desde luego no ayuda. Pero lo más importante de todo es que iniciemos un ciclo en el que se cambie la cultura tributaria.
Para que haya cumplimiento espontáneo de los contribuyentes es necesaria la convicción de que cuando se pagan impuestos se está contribuyendo con el país, en vez de ir a subvencionar convenciones colectivas absurdas e injustas excepto para quien se beneficia de ellas.
Se necesita que la gente perciba el daño social que causa no pagar impuestos, porque al no pagarse no hay escuelas, hospitales ni carreteras, pero en la actualidad, no pagar impuestos no tiene esas consecuencias, porque las instituciones del Estado se están robando el dinero que les dimos para que nos presten servicios y se lo quedan en forma de salarios.
Si lo que se pretende es que la gente cumpla a punta de sanciones, pero el festín que hacen los burócratas con nuestros impuestos continúa, por muy alta que sea la sanción, la gente seguirá tratando de buscar formas de disminuir la factura tributaria. Pero en Costa Rica seguimos pensando que la solución a todo es crear más leyes.

 







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