Servidores de confianza
| Viernes 01 agosto, 2008
Servidores de confianza
No voy a entrar a analizar las calidades o la idoneidad de los contratados como asesores por el gobierno mediante los fondos del BCIE, ya están la Asamblea Legislativa y la Contraloría analizando el asunto. Más bien, quiero referirme a la causa que origina la presente polémica, la necesidad de los gobiernos de tener servidores de confianza, objetivo que se ve obstaculizado por los enmarañados procedimientos de la administración pública.
Es necesario para las administraciones, y lo seguirá siendo para las que vengan también, poder contar con servidores de confianza que estén comprometidos con las políticas señaladas por un gobierno. Válido a todos los niveles, presidencia, ministerios o instituciones autónomas. De no ser así, no se les podría exigir a los gobiernos responsabilidades por no poder cumplir con las ofertas prometidas durante la campaña, porque fácilmente el gobernante diría que no contó con las herramientas necesarias para la toma de decisiones, ni con lo brazos ejecutores.
Los que hemos pasado por puestos de dirección en instituciones públicas sabemos lo engorroso que puede ser este mecanismo de nombramientos de confianza por la vía ordinaria, puede tomar meses, o hasta años, localizar plazas, movimientos, traslados, trámites.
La corrección definitiva a la situación, sería que la administración en todos sus niveles, contara con un número determinado de plazas de confianza, que serían llenadas por personas que saben que su paso por ese puesto durará tanto como el gobierno que las contrató, porque la plaza debe estar disponible para la siguiente administración, así mismo un monto que permita la contratación de servicios. No tengo las cifras en cuanto número de servidores de confianza por institución, o montos, debería determinarse en cada caso.
Si no se ve la solución al problema así, casos como el actual, se repetirán en todos los gobiernos por venir, porque es la forma que tendrán para solucionar las necesidades que no se pueden tramitar por la vía ordinaria. Debemos hacer ágil la administración, si queremos que este país funcione.
Gerardo Rudin Arias
Ex diputado 90-94
Ex presidente ejecutivo de Recope
No voy a entrar a analizar las calidades o la idoneidad de los contratados como asesores por el gobierno mediante los fondos del BCIE, ya están la Asamblea Legislativa y la Contraloría analizando el asunto. Más bien, quiero referirme a la causa que origina la presente polémica, la necesidad de los gobiernos de tener servidores de confianza, objetivo que se ve obstaculizado por los enmarañados procedimientos de la administración pública.
Es necesario para las administraciones, y lo seguirá siendo para las que vengan también, poder contar con servidores de confianza que estén comprometidos con las políticas señaladas por un gobierno. Válido a todos los niveles, presidencia, ministerios o instituciones autónomas. De no ser así, no se les podría exigir a los gobiernos responsabilidades por no poder cumplir con las ofertas prometidas durante la campaña, porque fácilmente el gobernante diría que no contó con las herramientas necesarias para la toma de decisiones, ni con lo brazos ejecutores.
Los que hemos pasado por puestos de dirección en instituciones públicas sabemos lo engorroso que puede ser este mecanismo de nombramientos de confianza por la vía ordinaria, puede tomar meses, o hasta años, localizar plazas, movimientos, traslados, trámites.
La corrección definitiva a la situación, sería que la administración en todos sus niveles, contara con un número determinado de plazas de confianza, que serían llenadas por personas que saben que su paso por ese puesto durará tanto como el gobierno que las contrató, porque la plaza debe estar disponible para la siguiente administración, así mismo un monto que permita la contratación de servicios. No tengo las cifras en cuanto número de servidores de confianza por institución, o montos, debería determinarse en cada caso.
Si no se ve la solución al problema así, casos como el actual, se repetirán en todos los gobiernos por venir, porque es la forma que tendrán para solucionar las necesidades que no se pueden tramitar por la vía ordinaria. Debemos hacer ágil la administración, si queremos que este país funcione.
Gerardo Rudin Arias
Ex diputado 90-94
Ex presidente ejecutivo de Recope