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COLUMNISTAS

Sedición

Emilio Bruce ebjreproduccion@gmail.com | Viernes 02 octubre, 2020


Sinceramente

En estos días el país ha observado cómo han asomado su cabeza para dirigir un movimiento de protesta invocando ser la representación del pueblo. Eso, ese llamamiento a nombre del pueblo es un delito de sedición en flagrancia que ha sido registrado por todos los medios relevantes. No puede tolerar la sociedad que se llame a la sedición sin consecuencia.

Si en medio de una crisis económica y fiscal crecente se nos desordena el país, reencauzar las instituciones y el orden va a ser tarea de titanes. Si se tolera el desorden, los bloqueos y protestas que afectan los derechos de las mayorías y los intereses del país como un todo, las misma van a aumentar y causarán estragos en la población, en la economía y en la institucionalidad.

Lo que estos grupos de protestantes solicitan es difuso. Algunos piden no imponer nuevos tributos, otros rechazan firmar un préstamo con el FMI, otros protestan para que no se vendan propiedades ni empresas de gobierno para pagar deudas. ¿Quién de ellos propone rebajar el gasto público, origen de todos nuestros problemas? ¿Quién de ellos exige mejor recaudación de los impuestos existentes? ¿Quiénes de estos grupos demanda una persecución fuerte de la evasión? ¡Ninguno! ¿Qué solución aportan a solventar la crisis fiscal y económica de Costa Rica? ¿Qué propuesta hacen para reactivar la economía? Ninguna. Pues no se vale llamar al desorden sin proponer soluciones.

Cerrar calles y puertos e impedir la exportación e importación fue descrito por uno de los dirigentes como su principal objetivo. “El pueblo no importa ni exporta” …fue la frase usada. Yo me pregunto ¿Qué soluciona atropellar el trabajo, la generación de impuestos y la producción de divisas del país de los exportadores? ¿Qué soluciona detener la importación de Costa Rica? ¿Cerrar más comercios? Yo los insto a pensar más, a elaborar planteamientos más detallados y hacer aún más propuestas racionales.

Debemos entre todos encontrar las soluciones a nuestras dificultades. Para ello es menester conservar la cabeza fría y detener cualquier esfuerzo de alcanzar notoriedad desbordando pasiones y generando violencia.

Muchas personas en medios y redes comienzan a pedir que el gobierno se vaya. ¡Que se destituya el equipo económico del gobierno, que no hay tiempo de espera para las elecciones! Es una locura agregar más problemas políticos e institucionales a los fiscales y económicos. No se solucionan los problemas levantando la voz.

Llamar y pedir un desborde social a título de representar al pueblo es un delito. Un delito grave pues nos involucra a todos y la víctima es la institucionalidad y nosotros los costarricenses. En desesperación muchas personas en pobreza y hambre, en desempleo y en angustia podrían sumarse a movimientos de este tipo. Hoy más que nunca debemos construir soluciones entre todos y mantener la cabeza fría y nuestra disposición firme en pro de la democracia y de la institucionalidad. Defendamos la legalidad y nuestra democracia.

Las elecciones de 2022 es el momento para saldar cuentas políticas con los gobernantes, así es en democracia. Los errores políticos se castigan el primer domingo de febrero de 2022. Las malas escogencias para algunos se corrigen con las buenas escogencias en las elecciones generales de 2022. Romper con la paz, con la institucionalidad y hacer añicos el orden público y lo que resta de nuestra economía no genera soluciones.

Es momento de ver a los ojos a la crisis. Es el momento de enfrentar nuestros problemas con la “mirada fiera y el ala fuerte”. Este es el momento para los valientes que buscan soluciones verdaderas. No debemos ya más nunca buscan “patear la bola para adelante”, para que sean otros los que carguen con el costo político de las medidas de ajuste que resuelvan en serio la crisis fiscal.

No destruyamos jamás lo más preciado del costarricense sin resolver el problema de fondo que es el exceso de gasto público. Hagamos el esfuerzo en conjunto para resolver el exceso de gasto del estado con el menor sufrimiento social para los costarricenses.

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