Régimen birmano prosigue con detenciones
| Lunes 08 octubre, 2007
Régimen birmano prosigue con detenciones
Junta Militar opta por ignorar la repulsa internacional a la represión
Bangkok
EFE
La Junta Militar de Birmania (Myanmar) continúa con las detenciones de personas relacionadas con las protestas que hace más de una semana fueron acalladas a tiros, lo que desató una ola de condenas por parte de comunidad internacional.
Un total de 78 personas, que las autoridades militares llamaron "cómplices" de los manifestantes, fueron arrestadas durante varias redadas efectuadas el sábado en Rangún, la mayor ciudad del país y escenario de las multitudinarias manifestaciones encabezadas por los monjes budistas.
Estas nuevas detenciones se producen mientras que la Junta Militar ignora la ola de condenas internacionales desatada a raíz de la violenta represión empleada para sofocar las protestas, y de la ofensiva diplomática que en el seno de Naciones Unidas intentan poner en marcha Estados Unidos, el Reino Unido y Francia.
Según el diario "Nueva Luz de Myanmar", órgano de propaganda del régimen que preside el general Than Shwe, seis de los 78 detenidos, que no precisó si eran religiosos o civiles, fueron puestos en libertad tras ser interrogados por agentes de los cuerpos de seguridad.
Las autoridades sostienen que cerca de 2.700 personas, entre ellas 573 monjes de monasterios de Rangún, fueron arrestadas desde que el pasado 28 de septiembre emprendieron una amplia operación para dar con el paradero de birmanos que fueron filmados o vistos durante las manifestaciones.
Sin embargo, grupos antigubernamentales y varios gobiernos de países occidentales con representación diplomática en Birmania estiman que la cifra real de arrestados se eleva a más de 6 mil.
La cifra oficial de detenidos y el trato que reciben no han sido asuntos examinados por el Comité Internacional de la Cruz Roja, organismo al que la Junta Militar prohíbe el acceso a las prisiones y centros de detención montados en recintos militares y edificios gubernamentales.
El Gobierno birmano afirma que ha puesto en libertad a unas 1.600 personas de las casi 2.700 detenidas, que diez murieron durante las cargas de los soldados y la Policía contra los manifestantes, y que en los registros realizados en los monasterios encontró cuchillos, armas y municiones.
"Si violan las leyes, deben emprenderse acciones contra ellos (los monjes)", advirtió el diario birmano.
Entretanto, camiones del Ejército seguían el domingo aparcados en torno a las pagodas de Shwedagon y de Sule, aunque la presencia de soldados era menor en las calles de Rangún, y habían sido levantadas las barricadas de espinos, según dijeron testigos a radio Mizzima.
La disidencia birmana estima que la cifra de víctimas mortales se aproxima a los dos centenares, y según relatos de testigos, creen que muchos cadáveres han sido incinerados en el tanatorio municipal de Rangún después de sacarlos en camiones militares de la prisión de máxima seguridad de Insein, situada a las afueras de la ciudad.
Las redadas siguen también a la anunciada oferta del general Than Shwe de reunirse con la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, líder de la Liga Nacional por la Democracia (LND), la única formación política de la oposición que resiste a la presión del régimen.
Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde junio de 2003, ha pasado en cautividad casi 12 de los últimos 18 años.
Al mismo tiempo que se mantiene la persecución de birmanos de a pie para acabar con toda oposición al régimen, las autoridades promueven las concentraciones y mítines de apoyo a la Junta Militar.
A estos actos preparados por la Organización para la Solidaridad y la Unión Nacional, que responde a las órdenes del Ejército, cada familia tiene la obligación de enviar al menos a dos personas, según han denunciado algunos residentes en Rangún.
La última detención de Suu Kyi se produjo después de que varios cientos de miembros del citado grupo paramilitar pro gubernamental atacaran el convoy de vehículos en los que viajaba con su comitiva durante una gira política por el norte de Birmania.
Con Suu Kyi al frente, la LND venció por abrumadora mayoría en las elecciones legislativas celebradas en 1990, y cuyos resultados nunca han sido reconocidos por los generales que gobiernan el país asiático desde 1962.