Rechazo más alzas en la tarifa eléctrica
| Martes 30 marzo, 2010
Rechazo más alzas en la tarifa eléctrica
Desde hace más de 20 años mi hogar consume en promedio y mensualmente los mismos 250 kilovatios hora de electricidad, gracias a que solo tengo una refrigeradora, una cocina, un microondas y un televisor. Sin embargo, a pesar de que soy en principio, por el simple hecho de ser abonado a una empresa de servicio público, accionista y propietario del ICE y de la CNFL, ambas me cobran cada año, mucho más por cada kilovatio hora. He pasado de pagar ¢25 en 2002 a ¢90 en 2010 por cada KWH. Un alza porcentual mucho mayor que la devaluación e inflación juntas.
No obstante, entiendo perfectamente que ni el agua de lluvia, ni el vapor del subsuelo, ni las tasas de interés de los empréstitos han subido drásticamente de valor durante esta última década. Me informan las empresas públicas, con cada alza tarifaria, que tengo que seguir aportando solidariamente, como lo he hecho durante décadas, con más contribuciones de capital para la infinita expansión de la red y de la capacidad en generación, ello con el propósito de hacerle frente al incremento de la demanda anual del 5%, de la cual yo no soy responsable. Nunca he recibido la buena noticia de que por los aportes de capital realizados durante décadas, voy a recibir algún día un crédito, rédito o ganancia por mis pequeños aportes. Todo lo contrario, me dicen que el único rédito legal existente, es el que la ARESEP les otorga a las empresas públicas, a su discreción y bajo la presión política que le ejercen dichas empresas, mediante incremento a la tarifa, no como resultado de una operación eficiente, y con el propósito de que incrementen el gasto del subsiguiente año.
Si yo al igual que más de 1 millón de hogares costarricenses no somos responsables de la creciente demanda eléctrica, ¿Por qué tenemos que pagar “bajo el principio solidario” y con nuestros dineros, la interminable expansión eléctrica?
La explicación estriba en que el sistema original de financiamiento solidario que se utilizó para el desarrollo de la empresa estatal eléctrica ICE, en beneficio del hogar e industria costarricense, ya no es aplicable favorablemente para los beneficiarios originales dentro del marco actual de desarrollo. En efecto, el país alcanzo ya casi el 100% de cobertura nacional. La expansión actual de la red eléctrica es mayoritariamente para suplir la demanda de los grandes centros de servicios, sean estos comerciales, de hotelería, de procesamiento de datos y algunos industriales.
De manera que la única solución a la problemática que vivimos los hogares costarricenses ante las exorbitantes alzas eléctricas, es que mediante una ley marco, se le permita a la inversión privada suplir las grandes demandas eléctricas privadas que surgirán durante los próximos años, quitándole esa responsabilidad al pequeño abonado hogareño, quien es actualmente el propietario mayoritario de la empresa pública conocida como el grupo ICE.
Ricardo Trujillo Molina
Ingeniero eléctrico
rtrujillo@ieee.org
Desde hace más de 20 años mi hogar consume en promedio y mensualmente los mismos 250 kilovatios hora de electricidad, gracias a que solo tengo una refrigeradora, una cocina, un microondas y un televisor. Sin embargo, a pesar de que soy en principio, por el simple hecho de ser abonado a una empresa de servicio público, accionista y propietario del ICE y de la CNFL, ambas me cobran cada año, mucho más por cada kilovatio hora. He pasado de pagar ¢25 en 2002 a ¢90 en 2010 por cada KWH. Un alza porcentual mucho mayor que la devaluación e inflación juntas.
No obstante, entiendo perfectamente que ni el agua de lluvia, ni el vapor del subsuelo, ni las tasas de interés de los empréstitos han subido drásticamente de valor durante esta última década. Me informan las empresas públicas, con cada alza tarifaria, que tengo que seguir aportando solidariamente, como lo he hecho durante décadas, con más contribuciones de capital para la infinita expansión de la red y de la capacidad en generación, ello con el propósito de hacerle frente al incremento de la demanda anual del 5%, de la cual yo no soy responsable. Nunca he recibido la buena noticia de que por los aportes de capital realizados durante décadas, voy a recibir algún día un crédito, rédito o ganancia por mis pequeños aportes. Todo lo contrario, me dicen que el único rédito legal existente, es el que la ARESEP les otorga a las empresas públicas, a su discreción y bajo la presión política que le ejercen dichas empresas, mediante incremento a la tarifa, no como resultado de una operación eficiente, y con el propósito de que incrementen el gasto del subsiguiente año.
Si yo al igual que más de 1 millón de hogares costarricenses no somos responsables de la creciente demanda eléctrica, ¿Por qué tenemos que pagar “bajo el principio solidario” y con nuestros dineros, la interminable expansión eléctrica?
La explicación estriba en que el sistema original de financiamiento solidario que se utilizó para el desarrollo de la empresa estatal eléctrica ICE, en beneficio del hogar e industria costarricense, ya no es aplicable favorablemente para los beneficiarios originales dentro del marco actual de desarrollo. En efecto, el país alcanzo ya casi el 100% de cobertura nacional. La expansión actual de la red eléctrica es mayoritariamente para suplir la demanda de los grandes centros de servicios, sean estos comerciales, de hotelería, de procesamiento de datos y algunos industriales.
De manera que la única solución a la problemática que vivimos los hogares costarricenses ante las exorbitantes alzas eléctricas, es que mediante una ley marco, se le permita a la inversión privada suplir las grandes demandas eléctricas privadas que surgirán durante los próximos años, quitándole esa responsabilidad al pequeño abonado hogareño, quien es actualmente el propietario mayoritario de la empresa pública conocida como el grupo ICE.
Ricardo Trujillo Molina
Ingeniero eléctrico
rtrujillo@ieee.org