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¿Queremos turismo en Costa Rica?

Carlos Denton cdenton@cidgallup.com | Miércoles 23 enero, 2013


Atraído porque no encontrará “ingredientes artificiales” y por conocer los bosques lluviosos, (el turista) se traslada a un parque nacional. Allí encuentra tierras descuidadas y apoyo negligente


¿Queremos turismo en Costa Rica?

Cuando el turista llega a los aeropuertos ya se ha dado cuenta de que en el país se usa otra moneda —el colón. Entonces llegando a la aduana, mientras espera a sus valijas, cambia sus dólares. La semana pasada las casas de cambio en la aduana le hacían el favor de venderle colones a 438 por cada dólar. Para un país que ya es muy caro, en el aeropuerto de una vez le meten el garrote.
Sale de la aduana y se da cuenta de que no hay “shuttle” que puede trasladarlo al centro por un precio módico (¢5 mil por ejemplo) sino que tiene que usar uno de los muy kilometrados taxis que le hacen el favor de llevarle a San José por ¢13 mil, que al tipo de cambio de 438:1 le sale en casi $30.
Después de registrarse en el hotel pasa a algún restaurante donde después de comer le pasan la cuenta. Se da cuenta que le cobran el 13% del impuesto de ventas y otro 10% que dice “servicio”. Si se atreve a preguntar sobre lo que es, los meseros se acostumbran a decir que es “impuesto de servicio”. Entonces paga de otro 10 a 15% sobre el monto de la comida, porque quiere dejar “propina”.
No importa que haya varias mesas con comensales ticos que están comiendo con un jugoso descuento por la tarjeta de crédito que portan y que no dejan nada “extra” de propina. Los del restaurante tienen la actitud de que de por sí “son turistas” y “tienen plata”.
Si el visitante llega al país atraído por la promesa de que no encontrará “ingredientes artificiales” y con el afán de conocer los bosques lluviosos, se traslada a un parque nacional. Allí encuentra tierras descuidadas y apoyo negligente excepto cuando le cobran la entrada.
Uno de los peores es Corcovado donde hay senderos lodosos sin señalización, basura regada entre los árboles, baños que dan pena, inodoros rotos y agua corriendo por los pisos, ratas, y cualquier cosa excepto lo que esperaba en uno de los lugares nacionales que antes fuera de los más atractivos.
Seguro el MINAET y su Ministro piensan que “de por sí los ticos no llegan mucho y esos serían los quejosos”.
Si el visitante alquila un auto encontrará calles y carreteras en mal estado, policías de tránsito que no pueden dar direcciones pero sí pueden imponer multas o peor, falta de señalización y ningún lugar de descanso donde puede estirar las piernas o usar el servicio sanitario.
Cuidado si al entrar a algún lugar se descuida y no encuentra sus valijas y otras pertenencias cuando sale.
También hay que pensar en lo que hace el así denominado Ministerio de Turismo y su Ministro. Es seguro que a él y a los oficiales de este Ministerio les va mejor en los países donde van a promover el turismo que a los que nos visitan.


Carlos Denton

cdenton@cidgallup.com

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