Por el inicio del camino de la paz
Muchos, en Costa Rica y el mundo, depositan su esperanza en la capacidad del presidente Arias para mediar en el conflicto hondureño
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Lunes 13 julio, 2009
Aunque para el pueblo hondureño no se ha producido aún ningún cambio que pueda ser visto como un paso adelante en el derecho que tiene de vivir en paz, con justicia y en democracia, no perdemos la esperanza de que los esfuerzos que se han iniciado en nuestro país, con el presidente Oscar Arias como mediador, puedan continuar y llegar en algún momento a buen término, para que ese proceso se inicie en aquella nación. Es un esfuerzo difícil y sumamente complejo el de tratar de sentar en una mesa al depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya y al presidente de facto de ese país Roberto Micheletti, para conversar, porque tienen posiciones totalmente opuestas y quizás lo primero sea intentar convencerlos de abandonar la inflexibilidad. El presidente Arias cuenta con capacidad y experiencia para desempeñarse como un buen mediador y muchos, no solo en el ámbito nacional sino en el mundo, depositan la esperanza en su intermediación para llegar, de alguna manera, a la solución del conflicto. Solucionar situaciones como la que se ha suscitado en Honduras en estos días no es fácil, por el contrario, pero es mucho lo que está en juego y todos los esfuerzos no solo valen la pena sino que son imperativos. Costa Rica, gracias a su fama de país con gente de paz, por ser una democracia tan antigua en Latinoamérica y por la trayectoria de su actual Presidente, logra, en esta coyuntura, sostener una buena imagen en momentos en que la de Centroamérica se ha visto afectada por el golpe de Estado de los militares en Honduras. Quizás esta experiencia, tan dolorosa para ese pueblo hermano, pueda servirnos para hacer una honda reflexión acerca de qué se debe atender, cuando la voz del pueblo reclama atención, para que pueda continuar el desarrollo sobre la única base sólida para ello: la paz social. Y quizás, la nueva prueba consolide en el Presidente Arias su vocación para la resolución de conflictos. Toda una tarea en un mundo en el que los problemas no faltan, y en donde el anhelo de paz social parece ser un denominador común.