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Parecer un memo

Pedro Oller poller@ollerabogados.com | Martes 18 septiembre, 2007


Según la Real Academia Española, memo (voz que imita el tartamudeo), es un adjetivo que significa tonto, simple, mentecato. Y es que, memo ha resultado el memo(rándum).

No quería atizar la hoguera, suponía que a más de una semana el tema del memorando se habría agotado, las responsabilidades se habrían sentado y las consecuencias, asumido. Sin embargo, no es el caso pues el asunto sigue tan vigente como desde que trascendió en el Semanario Universidad (extrañamente marginado de una noticia que publicó en primicia) y, la indignación que compartimos muchos costarricenses no ha logrado aplacarse con las justificaciones de sus protagonistas.

Por eso es que no me permito guardar un silencio cómplice en torno al infame documento, como tampoco permito que se me asocie con sus autores y contenido simplemente porque apoyo la aprobación del TLC en el referéndum del 7 de octubre próximo. Ante la inacción y de forma abusiva se nos está vinculando por asociación cometiendo el mismo error que critican quienes adversan el acuerdo comercial y también, sin paradojas, a Fidel Castro.

Con frecuencia, la dirigencia política de este país es tan torpe que nos complica la existencia, cuando la cosa debería de ser al revés. Vivimos el último y más evidente ejemplo de esta realidad a propósito de manifestaciones que trascienden las metidas de pata y rayan en la soberbia. Mientras algunos seguimos sin entender ni compartir la dirección que lleva la campaña de apoyo al tratado, la lectura del memorando escrito por los señores Casas y Sánchez no deja ninguna duda. Hay manifestaciones claras de intenciones, sugerencias expresas de acciones y valoraciones despreciativas e inequívocas de un pueblo que merece mucho más respeto y consideración.

Lo que más duele no es el documento en sí, escrito y enviado marginalmente, y de igual manera obtenido, según apuntan en su defensa los autores, sino lo que este representa: una afrenta a la institucionalidad y a la democracia en las intenciones y acciones ahí detalladas. Institucionalidad y democracia que se ven también amenazadas como consecuencia de esa actitud pasiva y complaciente que han asumido algunos. Dentro de ellos, para hacer aún más grave la cosa, están quienes tienen responsabilidades y obligaciones para con el pueblo y que han optado por guardar silencio y emprender acciones correctivas de bajo impacto. Dichosamente, el Tribunal Supremo de Elecciones ha asumido una actitud distinta.

En palabras de Monseñor Hugo Barrantes a Radio Columbia, el memorando es un síntoma de la pérdida de valores y respeto de nuestra clase política. Como bien apunta, la instrumentalidad del TLC está deformando los grandes principios de la democracia costarricense. Más severo aún es Monseñor Trejos para quien: “El malhadado, desafortunado y reciente publicado “memorando” entre nuestras máximas autoridades, ha aclarado todas nuestras sospechas. Les retrata de cuerpo entero a sus autores: ¡Ciegos y guías de ciegos, sepulcros blanqueados!”.

Qué tirada para quienes forman parte de esos ciegos y no quieren ver el daño que nos están haciendo. Porque no hay peor ciego que quien no quiere ver que no somos memos.

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