No modificar lo que da buen resultado
Redacción La República redaccion@larepublica.net | Jueves 19 junio, 2008
Los colegios con mejores resultados en las últimas pruebas de bachillerato son los subvencionados, levemente por encima de los centros privados. Se evidencia en un reportaje de LA REPUBLICA de ayer, que el rendimiento académico ha sido el mejor en estos entes de educación semiprivada.
Pero algo interesante es el hecho de que esto no se debe a que los estudiantes provengan de un sector social más alto, con mayores recursos económicos.
Lo demuestran casos como el del colegio subvencionado Madre del Divino Pastor, que recibe alumnos de zonas económicamente deprimidas, pero obtiene muy buenos resultados.
El éxito reside, más bien, en el tipo de docencia que se practica, menos magistral y con mayor promoción de la participación estudiantil. Una rígida disciplina pero en un ambiente de cordialidad en donde se practican mecanismos como que profesores y alumnos aventajados ayuden a ponerse al día a los que se hayan quedado rezagados.
El ejemplo del Calasanz también es válido, pues trabajan más horas que en el sector público, aprovechan muy bien el tiempo y desarrollan en los estudiantes el gusto de aprender por sí mismos. Esto se evidencia no solo porque ellos lo manifiesten sino por sus resultados académicos.
Por otra parte, en el sector público también es posible obtener ese éxito. Los alumnos del Liceo Laboratorio lograron un 85% de aprobación en las pruebas de bachillerato a pesar de no provenir de la clase social económicamente alta. Ese centro mantiene una elevada motivación en docentes y estudiantes promoviendo destrezas científicas, artísticas y deportivas.
La pregunta que surge entonces es ¿por qué desmantelar este tipo de educación que tan buenos resultados ha dado? ¿Por qué intervenir donde no hace falta? Porque lo que queda claro es que la diferencia la establecen la actitud de los profesores y el modelo educativo.
En los centros de educación semiprivada no parece que se hayan dado distorsiones como la de considerar al alumnado como “clientes”, pero se les da un trato mediante el cual se sienten capaces y deseosos de aprender, en un ambiente de disciplina siempre necesario.
¿Por qué romper este modelo exitoso? ¿Por qué no investigarlo más bien para emular lo mejor?
Pareciera que sobra repetirlo pero no queda más remedio que volver al tema: la educación es la base sobre la cual va a desarrollarse el país. Pero su calidad dependerá del verdadero interés que se tenga en llevar a cabo el cambio necesario en el actual modelo educativo.