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Jueves, 25 de abril de 2024



EDITORIAL


No a gastos superfluos

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Sábado 21 febrero, 2009


Editorial


Como era de esperar, la crisis internacional ya comenzó a tocar las finanzas del Estado y ha sido necesaria una revisión al presupuesto nacional para ajustarlo a las expectativas del crecimiento económico.

Eso está bien. Los gastos siempre deben guardar relación con los ingresos. Sin embargo, está muy lejos de ser la única medida que el Gobierno deba tomar en la actual circunstancia desde ese aspecto de la administración.

Lamentablemente, en lo que respecta al aparato estatal la tarea está sin hacer.

No se ha tomado la decisión de convertir a nuestras instituciones en profesionales y eficientes. Si así se hubiera hecho, la reducción del gasto público ahora sería mucho más fácil, o quizás se habría producido ya, como una consecuencia de lo primero y sin necesidad de afectar programas indispensables.

No obstante, unos cuantos ejemplos ponen en perspectiva la situación para entender dónde hay que meter la tijera y dónde no.

Como lo señala la publicación de LA REPUBLICA del viernes sobre el tema, hay que tomar en cuenta las 27 actividades mencionadas por la Contraloría para mejorar la recaudación mediante la contribución de quienes hoy no están cumpliendo con esa obligación como los parqueos, los futbolistas, los clubes de fútbol o las modelos, entre otros de alta importancia como las aduanas.

Por otra parte, las partidas que se deben recortar son las innecesarias especialmente en épocas de crisis, como por ejemplo las de gastos de representación y viajes.

Las noticias en los últimos días han puesto en evidencia la inadecuada administración de fondos públicos en ciertos rubros. Para trabajar deben utilizarse los espacios disponibles en las oficinas públicas, sin generar mayores gastos y las gestiones que antes exigían un viaje ahora se manejan mediante las modernas herramientas que proporciona Internet.

Unas teleconferencias ahorran miles de dólares en viajes y evidencian una mayor coherencia en la forma de gestionar en un país de economía pobre como el nuestro. Eso hablaría mucho mejor de nosotros en el exterior que vernos gastar en tiquetes aéreos y viáticos lo que no tenemos mientras extendemos la mano para que nos ayuden.







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