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COLUMNISTAS


Mujeres en Afganistán, mujeres en India

Marilyn Batista Márquez mbatista@batistacom.com | Miércoles 22 septiembre, 2021


En el 2019, la población de mujeres en Afganistán es de 18.512.029 y en India de 656.288.183, según expansión.com / datosmacro.com. En ambos países el irrespeto a los derechos de las mujeres podría ser catalogado como crimen de lesa humanidad, pues contra este grupo se cometen delitos atroces que engloban los actos que forman parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil.

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), se entiende por crímenes de lesa humanidad asesinatos, exterminios, esclavitud, deportación o traslado forzoso de población, encarcelación o privación de libertad física que viole el derecho internacional, torturas, violaciones, prostitución forzada o violencia sexual, persecución de un colectivo por motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género, desaparición forzada de personas, apartheid y otros actos inhumanos que atenten contra la integridad de las personas.

Todo lo anterior es aplicable a la mayoría de las mujeres en ambos países. Entonces, ¿por qué nos enfocamos en las mujeres de Afganistán y no lo hacemos con el mismo ímpetu con las de India, que es una población 36 veces más grande que la del país islámico?

Probablemente la respuesta se deriva de los medios de comunicación norteamericanos, capitalistas, que dimensionan -en su justa medida- lo que hace el medio oriente “no alineado políticamente”-, pero fustiga con menor ímpetu a los países aliados, aunque su gobierno no sea democrático y su población no sea predominantemente cristiana.

Sin ser experta en temas de religión y política, me atrevo a aseverar que esta superior empatía con las mujeres de Afganistán, en comparación con las de India, está vinculada a la política y religión, y no a la realidad per se de los hechos. Intentaré explicarlo, iniciando por aclarar que en Afganistán el 99% de la población es musulmana, quienes aceptan las creencias islámicas (un 80% suníes). En India, la religión con mayor número de seguidores es el hinduismo, con un 79,80% de la población, y el islam es practicado por el 14,23%.

En Afganistán, los talibanes han impuesto una versión estricta y radical de la ley islámica o Sharía, la cual tiene 29 prohibiciones que aplican a las mujeres. Estas son:

1. Trabajar fuera del hogar (a excepción de unas pocas doctoras y enfermeras).

2. Salir de casa sin la compañía de su ‘mahram’ (hombre de parentesco cercano).

3. Cerrar pactos comerciales con hombres.

4. Atención médica solo por mujeres.

5. Educarse en escuelas, universidades y cualquier otra institución educativa.

6. Mostrar cualquier parte del cuerpo en público.

7. No vestirse de manera adecuada y no ir acompañadas de su ‘mahram’.

8. No cubrir sus tobillos.

9. Tener relaciones sexuales extramaritales.

10. Uso de cosméticos.

11. Hablar o dar la mano a hombres que no sean su ‘mahram’.

12. Reír en público.

13. Llevar zapatos de tacón.

14. Subirse a un taxi sin la compañía de su ‘mahram’.

15. Aparecer en la radio, la televisión o en reuniones públicas.

16. Practicar deporte.

17. Montar en bicicleta o motocicleta.

18. Vestirse con colores vistosos.

19. Reunirse por motivos recreativos.

20. Lavar la ropa en ríos o sitios públicos.

21. Establecer la palabra ‘mujer’ en el nombre de ninguna calle, plaza o avenida.

22. Asomarse a los balcones o ventanas de su hogar.

23. Obligación de poseer ventanas opacas en los hogares donde haya mujeres.

24. Prohibición a los sastres de tomar medidas a mujeres o fabricar ropa para ellas.

25. Usar baños públicos.

26. Utilizar los autobuses para hombres.

27. Uso de pantalones acampanados.

28. Fotografiar o grabar a mujeres.

29. Publicar imágenes de mujeres en revistas y libros y de colgarlas en casas y tiendas.

En India, a pesar de que existe una Constitución y leyes que promulgan la igualdad de género como derecho humano, las tradiciones hindúes -uno de los principales pilares de su sociedad- aplican códigos de estatuto personal que están lejos de respetar lo legislado.

De las leyes de Manu, texto jurídico fundador de la tradición hindú del dharma, provienen la mayoría de los irrespetos a los derechos de las mujeres. Este escrito sostiene que durante la infancia, una mujer debe sumisión a su padre, durante la juventud a su marido y cuando ha muerto su marido a sus hijos. “…la mujer nunca debe ser independiente (…) la mujer no está hecha para ser libre". Esta frase da origen a las siguientes tradiciones:

1. El matrimonio infantil es frecuente desde que nacen las niñas. Cuando les llega la regla, en general a los 10 u 11 años, contraen nupcias con hombres generalmente mucho mayores que ellas.

2. La práctica de dote convirtió a las mujeres en una carga para cualquier familia, debido a que es un acuerdo monetario que implica que la familia de la novia debe transferir dinero a la familia del novio, como una forma de contribuir a la manutención de ella o contribuir a las cargas matrimoniales. La dote generalmente se otorga al hombre, quien la administra durante la duración del matrimonio y de producirse el repudio, la separación o el divorcio tendría que devolverla.

3. La trata de mujeres es común en algunas tribus, a través del pago en efectivo de cualquier hombre a la familia de la mujer, o el cambio de ella por un bien apreciado como una vaca o búfalo. Estas mujeres compradas no se pueden devolver a la familia pues sería considerado un deshonor.

4. Prohibición de trabajar en algunas aldeas debido al temor de ser raptadas (sin pago por ellas) o que huyan en busca de un futuro mejor.

5. Aplicación de prueba de virginidad selectiva y obligatoria, como procedimiento para determinar si una mujer nunca ha tenido relaciones sexuales. La prueba consta de una inspección del himen, porque parte de la premisa que solo puede romperse como resultado de una relación sexual.

Todas estas tradiciones han propiciado que India sea el país sin guerra más inseguro para las mujeres, trayendo como consecuencia:

• Infanticidio - como las mujeres son vistas como una carga, se tolera asesinarlas al nacer, abandonarlas en las calles o dejarlas de alimentar hasta que mueran de inanición.

• Femicidios - los asesinatos de mujeres por “mal comportamiento” como utilizar pantalones y maquillaje, además del adulterio y de no ser virgen, es tolerado por muchas comunidades.

• Lapidación, golpes y “devolución” a la familia de las mujeres que no pasen la prueba de virginidad.

• Instancias judiciales informales (justicia del pueblo, consejo de los ancianos, etc.) para procesar casos en donde las mujeres son acusadas por algún delito relacionado a asuntos morales, en donde son condenadas a violación colectiva y tortura si son encontradas culpables.

• El aborto selectivo de niñas ha tenido un alto impacto en la fecundidad, en la mortalidad y en el índice del sexo, debido a que se ha utilizado tecnología médica (ultrasonido), como herramienta para el aborto de niñas, lo cual ha incidido en un gran mercado ilegal del aborto y un desequilibrio poblacional.

Mientras en el 2021 las mujeres y los niños representaron 46% de las bajas civiles en Afganistán, según reporte de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán (UNAMA), en donde el 14% (219) eran mujeres y 32% (468) eran niños, en India, en el 2018, la Oficina Nacional de Registros Criminales (NCRB), reveló que 7.277 mujeres fueron asesinadas por asuntos relacionados con la dote, lo que representa el 94 % de los 7.747 asesinatos de mujeres registrados en ese país.

Aún con la población de mujeres en India, que es 36 veces mayor que la de Afganistán, la proporción de asesinatos por razones de género, es muy superior a las del país en guerra.

Pero el propósito de esta columna no es comparar en qué país se asesina más mujeres y se violan más sus derechos, ni tampoco apelar a una causa en favor de otra, sino de mirar más allá del conflicto bélico, de los Talibanes y la Sharía, para no olvidar y también denunciar con vehemencia las atrocidades que ocurren contra las mujeres en otros países como India, en donde la desigualdad de género e injusticia social parecen olvidarse tras las suntuosas coreografías, maquillaje, vestuario y joyas femeninas magistralmente creadas en Bollywood.

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