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Lugares comunes del musical bailan en "Burlesque"

Redacción La República redaccion@larepublica.net | Martes 21 diciembre, 2010




Lugares comunes del musical bailan en "Burlesque"
Cher y Christina Aguilera, homenaje a “Cabaret” y una historia que sigue a pies juntillas el ideal del sueño americano componen el presunto homenaje que “Burlesque” hace al musical, género al que hace dudosa justicia al pasear por sus lugares más comunes.
A veces, el cine musical puede llegar a parecerse al cine porno: toda la trama ejerce de nimia excusa para el despliegue de los talentos extracinematográficos de sus protagonistas en espectaculares números que acabarán en una explosión de felicidad.
Probablemente, “Burlesque” tenga su terreno natural en la posibilidad de seleccionar dos o tres capítulos en la edición en DVD o acceder a los fragmentos colgados en YouTube.
Esa sería la manera de ahorrar al espectador esos interludios innecesarios que flanquean cada coreografía y cada canción, cada despliegue de ese indudable torrente vocal, flexible y apabullante, que es Christina Aguilera.
La culpa de los malos resultados en el conjunto podría ser del director, un principiante que no juvenil Steve Antin, que hace un copia y pega de los clásicos del musical con influencia especial de Bob Fosse y se asegura el tirón con el careo Aguilera-Cher, pero no consigue crear un mínimo de sinergia.
Su argumento es el de la clásica jovenzuela de provincia que llega a Los Angeles dispuesta a dar rienda suelta a su talento para la música y el baile. Allí le recibirá entre displicente y maternal la regente de este “Burlesque” sobre cuyo escenario se articularán los (únicos) momentos verdaderamente interesantes del filme.
Aguilera, en su debut como actriz, resulta poco convincente pese a su notoria falta de ambición dramática, y se crece en algunos números sobre el escenario especialmente “Guy what takes his time” o “But I’m a Good Girl” pero le falta carisma y cuerpo para competir con el cuerpo de baile en otros como “Express” o “Show me How To Burlesque”.
Su personaje, además, es no solo poco atractivo, sino antipático o retrógrado, especialmente en lo referente a su relación amorosa con el chico guapo del filme, Cam Gigandet, que pasa por alto los caprichos y trapisondas de la diva en potencia.
Cher, en cambio, es otro cantar, aunque solo interprete dos canciones. Pese a la inevitable inexpresividad que le ha granjeado borrar a golpe de bisturí al menos 20 de sus 64 años, es capaz de dar matiz a un personaje que es tópico hasta la saciedad.
Pero, sobre todo, sabe exprimir su calidad de icono gay, que es al fin y al cabo el objetivo último de “Burlesque”, cinta tan atiborrada de factores complacientes hacia el colectivo homosexual música de Madonna, secundarios como Stanley Tucci y Adam Cumming o cuadros de Tamara Lempicka que logra un efecto contraproducente de saturación.

Madrid / EFE






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