Las denuncias del director del OIJ
| Miércoles 20 junio, 2012
Las denuncias del director del OIJ
Las graves denuncias planteadas por el director de la OIJ, Jorge Rojas, vienen a reafirmar lo que por años hemos denunciado sin que se haya dado credibilidad o atención de lo que ocurre en Costa Rica. Nuevamente la denuncia cae en el vacío y nadie hace eco de lo expresado por él, ni se miden las consecuencias de lo que está ocurriendo, ni la gravedad que reviste esta situación en nuestro sistema judicial.
La politización del Poder Judicial y la judicialización de la política ha sido más que evidente, recordemos cómo de cuatro expresidentes que tenían la posibilidad real de acceder nuevamente a la Presidencia, tres fueron descalificados en medio de un escándalo político-mediático, que dejó libre el camino para solo uno de ellos y minó la imagen del único partido que ha sido capaz de ganarle al PLN.
Cabe preguntar entonces al señor Rojas, si las preocupaciones que hoy muestra son producto de su imaginación o de su experiencia. Basta hacer un análisis de los peritazgos presentados durante el juicio Caja-Fischel por funcionarios del OIJ. Lo interesante sería saber si las distorsiones, la aparición y desaparición de documentos se enmarcan dentro de esta inquietud.
La forma como se sobredimensionó el juicio entre dos de los expresidentes, en contraposición de cómo se desestimó el caso en contra del otro, es clara, y si bien se le invalidó en ese momento, hoy es una opción dentro de su agrupación.
Desde la solicitud de medidas cautelares desproporcionadas, acogidas por jueces que mantenían una relación sentimental con fiscales, incorporaban declaraciones televisivas en sus resoluciones o eran fiscales actuando como jueces temporales, hasta la violación de derechos fundamentales, hemos visto y vivido lo que hoy denuncia el saliente director.
Los allanamientos, arrestos, las medidas cautelares extremas, el hostigamiento a las familias, el cambio de jueces, el trato desigual y la persecución emprendida por parte de la Fiscalía quedan solo para unos.
No hemos visto espectacularidad ni acciones extremas en contra de aquellos que pertenecen al partido de gobierno a pesar de las graves denuncias.
Los escándalos, la estigmatización y la exposición ante los medios están reservados solo para aquellos en la oposición.
A simple vista los escándalos políticos tienen como fin denunciar posibles casos de corrupción, en los que con solo el hecho de ser mencionado ubica al político en la categoría de “cuestionado”, pero más allá de lo que aflora en la superficie y se publica en los medios, existe una agenda, en la que en ocasiones participan algunos medios ya sea por amarillismo, complicidad, irresponsabilidad o rating, y de la cual pocos sospechan.
La opinión pública difícilmente puede contar con los elementos de juicio para saber si en realidad lo que se denuncia es real, o simplemente, como teme el señor Rojas, un medio para “bajarle la imagen” a un determinado personaje. Ejercicio al que se suman algunos operadores de justicia.
Lo lamentable es que no es hasta el día de hoy que el director del OIJ plantea su denuncia y nos deja con la certeza de que dentro del Poder Judicial las cosas no marchan bien.
Guillermo Montealegre Mata
Las graves denuncias planteadas por el director de la OIJ, Jorge Rojas, vienen a reafirmar lo que por años hemos denunciado sin que se haya dado credibilidad o atención de lo que ocurre en Costa Rica. Nuevamente la denuncia cae en el vacío y nadie hace eco de lo expresado por él, ni se miden las consecuencias de lo que está ocurriendo, ni la gravedad que reviste esta situación en nuestro sistema judicial.
La politización del Poder Judicial y la judicialización de la política ha sido más que evidente, recordemos cómo de cuatro expresidentes que tenían la posibilidad real de acceder nuevamente a la Presidencia, tres fueron descalificados en medio de un escándalo político-mediático, que dejó libre el camino para solo uno de ellos y minó la imagen del único partido que ha sido capaz de ganarle al PLN.
Cabe preguntar entonces al señor Rojas, si las preocupaciones que hoy muestra son producto de su imaginación o de su experiencia. Basta hacer un análisis de los peritazgos presentados durante el juicio Caja-Fischel por funcionarios del OIJ. Lo interesante sería saber si las distorsiones, la aparición y desaparición de documentos se enmarcan dentro de esta inquietud.
La forma como se sobredimensionó el juicio entre dos de los expresidentes, en contraposición de cómo se desestimó el caso en contra del otro, es clara, y si bien se le invalidó en ese momento, hoy es una opción dentro de su agrupación.
Desde la solicitud de medidas cautelares desproporcionadas, acogidas por jueces que mantenían una relación sentimental con fiscales, incorporaban declaraciones televisivas en sus resoluciones o eran fiscales actuando como jueces temporales, hasta la violación de derechos fundamentales, hemos visto y vivido lo que hoy denuncia el saliente director.
Los allanamientos, arrestos, las medidas cautelares extremas, el hostigamiento a las familias, el cambio de jueces, el trato desigual y la persecución emprendida por parte de la Fiscalía quedan solo para unos.
No hemos visto espectacularidad ni acciones extremas en contra de aquellos que pertenecen al partido de gobierno a pesar de las graves denuncias.
Los escándalos, la estigmatización y la exposición ante los medios están reservados solo para aquellos en la oposición.
A simple vista los escándalos políticos tienen como fin denunciar posibles casos de corrupción, en los que con solo el hecho de ser mencionado ubica al político en la categoría de “cuestionado”, pero más allá de lo que aflora en la superficie y se publica en los medios, existe una agenda, en la que en ocasiones participan algunos medios ya sea por amarillismo, complicidad, irresponsabilidad o rating, y de la cual pocos sospechan.
La opinión pública difícilmente puede contar con los elementos de juicio para saber si en realidad lo que se denuncia es real, o simplemente, como teme el señor Rojas, un medio para “bajarle la imagen” a un determinado personaje. Ejercicio al que se suman algunos operadores de justicia.
Lo lamentable es que no es hasta el día de hoy que el director del OIJ plantea su denuncia y nos deja con la certeza de que dentro del Poder Judicial las cosas no marchan bien.
Guillermo Montealegre Mata