La viga en el ojo
| Martes 14 octubre, 2014
Reactivar el sector productivo resulta indispensable si deseamos reducir el desempleo y aumentar la recaudación
La viga en el ojo
La voracidad sindical y la desidia de algunas autoridades han provocado que, un Estado dedicado otrora al bienestar social y al desarrollo de las comunidades, se identifique actualmente con el cuerpo inerte que sostiene la Virgen de la Piedad.
Es obligación de los funcionarios públicos regirse por principios de transparencia, eficacia y responsabilidad. Sin embargo, el señor Presidente realizó una serie de cuestionamientos obviando que su propio partido también forma parte de los errores que tan duramente criticó.
Las malas calificaciones fueron provocadas —principalmente— por la autorización de aumentos salariales, y transferencias basadas en mayores endeudamientos difíciles de enfrentar.
El rigor matemático fue superado por el creciente populismo que ataca a la administración.
Ciertamente, el deterioro generalizado es producto de malas administraciones. Y de los abusos de conocidos personajes que frotan sus manos mientras complacientes ministros autorizan incrementos que disparan los salarios del insaciable sector.
El presupuesto es tan escandaloso que el mismo mandatario acepta que efectúen cuidadosamente, los ajustes necesarios, aprovechando los finos cortes de un bisturí. Lo anterior es prueba irrefutable de que existen millonarias partidas de las cuales pueden prescindir.
Resulta cansado escuchar a los diputados del Frente Amplio, escoltados por el silencio cómplice del PAC, culpar diariamente a la empresa privada de todos los males que sufre el Estado.
Desafortunadamente, en su obstinación, no pueden entender que la distribución responsable y equitativa de lo recaudado le corresponde realizarla a funcionarios designados por el propio gobierno. Y no por la UCCAEP.
Los mismos sindicalistas que propician desórdenes y devoran las partidas, salen luego con cartelones exigiendo justicia social pronta y cumplida.
Mientras albinos y no tan blancos juegan a la piñata, al pueblo le meten el cuento de que son únicamente los neoliberales quienes se embolsan la plata.
El problema fiscal no se arregla escuchando consejos luteranos, ni atendiendo profecías económicas provenientes de socialistas a cargo de la DIS.
Hay que explicarle al costarricense de manera clara y sencilla que en esta dinámica era de la globalización es necesario conocer al menos fundamentos básicos de economía y administración para comprender que, aunque blasfemen los estatistas, sin capitalismo no hay impuestos, trabajo, ni producción.
Reactivar al sector productivo resulta indispensable si realmente deseamos reducir el desempleo, y aumentar la recaudación.
Desafortunadamente, lo único que conseguiría el gobierno aplicando medidas draconianas, es dañar el mercado interno, y ahuyentar al exportador.
No permitamos que, por vivir ahora en un festín de gastos y murmuraciones, tengamos que soportar luego gobiernos totalitarios que obliguen a realizar largas filas para poder obtener un puñado de granos básicos, y algún mendrugo de pan.
Jorge Castro